El grupo de Harvard, que nuclea a Pedro Nueno, ha celebrado su reunión anual en Madrid y tuvo como centro de atención la situación de Barcelona, pero más centrada en buscar lo que mantiene positivo que en señalar problemas. Un propósito encomiable, que vista la reseña del encuentro cabe concluir que dio poco de sí por lo que se refiere al balance positivo del momento que vive la capital de Catalunya.
De entrada hay que decir que casi toda la actividad económica que no es turismo está concentrada y se reduce al distrito 22@. Y pese a mostrar la dinámica de una parte de la ciudad, la conclusión no puede ser la de echar cohetes.
Se señalaron como más positivas la Copa América, el festival de música Primavera Sound, aspectos que no son definitorios de una ciudad de primer nivel, que Intel la haya escogido como la sede para fabricar sus chips y también el Hospital de Sant Joan de Déu que pone en marcha un centro de oncología pediátrica de nivel mundial. Con carácter más general, el entorno tecnológico de Barcelona, el biomédico y la muy genérica capacidad para atraer talento también forman parte del balance positivo.
Visto el funcionamiento de la ciudad no puede decirse que sea mucho, más si se considera que en esta conversación sobre Barcelona apenas aparecieron los factores negativos. Así se señaló que muchos inversores inmobiliarios prefieren evitarla y consideran que Madrid y Málaga tienen mayor interés. Las razones principales son la escasez de terreno, el movimiento okupa, muy extendido y protegido, hasta el extremo de que el 42% de las okupaciones de toda España se producen en Cataluña, la regulación de los alquileres por parte de las administraciones y el recargo de vivienda social en toda obra nueva. El resultado ha sido que la inversión en alquiler en 2021 en Barcelona sólo ha supuesto un 8% del total. Este escenario si se mantiene significaría que Barcelona verá multiplicado su problema de vivienda por lo que al final de los dos mandatos de Colau, esta cuestión presentará una situación mucho más grave que cuando llegó a la alcaldía.
Sobre el talento y capacidad tecnológica de Barcelona, cabe decir que es un hecho innegable, pero al mismo tiempo debería despertar, si no a alarma, sí interés los datos que señalan que Málaga ha registrado en el último año 600 empresas gacela, que son aquellas Pymes que logran crecer rápidamente. En Catalunya fueron 613 y en Madrid, que ya ocupaba la delantera, 900. Es evidente que no somos los reyes del mambo en este campo, pero es que ni siquiera ocupamos un segundo lugar destacado en las dinámicas actuales.
En la perspectiva de la precampaña electoral, el análisis de la base económica de Barcelona debería estar al orden del día y ser un elemento común de todas las candidaturas electorales, porque sin examinar este hecho, su dinámica y perspectivas, mal se podrán abordar los problemas y necesidades de la ciudad.
Y no podemos olvidar en el otro extremo del impulso económico la pobreza, que en Barcelona ha continuado creciendo sin que el gobierno municipal haya adoptado medidas extraordinarias. En 2008 había 658 personas durmiendo en la calle. Hoy, según el último balance de Arrels, son 1.231, prácticamente el doble, y otros 167 que hace un año. Esa otra cara de la moneda unida a la situación de la infravivienda, debería ser otro gran tema de obligado abordaje en el preludio electoral junto a la base económica.