Cataluña, tenemos un problema: se llama inmigración. 12 hechos

  1. En Suecia, 1 de cada 5 habitantes ha nacido en el extranjero, le sigue Alemania con el 16%, España con el 14%, Reino Unido el 13,7%, Países Bajos el 13,4%, Francia el 12,8 %, Portugal con 10,8% e Italia con 10,4%. Pues bien, en Cataluña el porcentaje es del 21%, superior al sueco.
  2. Existe un importante contingente de inmigración ilegal que no aparece reflejado en las cifras.
  3. Barcelona tiene ya 1,7 millones de habitantes, registra la mayor proporción de inmigrantes de toda España y una de las mayores de Europa. El 27% de su población ha nacido en el extranjero. Si a esa cifra le añadimos los hijos nacidos aquí, avanzamos hacia un escenario donde la tercera parte de las personas que viven en Barcelona es de origen inmigratorio o de padres de esa naturaleza. Y en determinados grupos en edad laboral más joven, los comprendidos entre los 25 y los 45 años, la proporción de extranjeros representa ya casi el 50%. En los siete primeros meses del año 2022, la población de la capital de Cataluña ha crecido en 40.000 personas, una cifra superior a toda la suma de los 6 años anteriores. El 85% del crecimiento son inmigrantes, con la característica de que la mayoría, casi 30.000, son de fuera de la UE.
  4. Este crecimiento no se distribuye de forma regular, sino que se concentra en barrios como el Gòtic, Bon Pastor, el Besòs, el Maresme, y en parte de Nou Barris (Porta, en concreto); en otros términos, la concentración se produce en barrios de bajo nivel de renta, y esto ya nos da indicación de lo que está ocurriendo en la ciudad. El cambio es radical con lo que teníamos a principios de siglo, el espectro demográfico y social de la ciudad ha variado de forma sustancial.
  5. Y ésta es una segunda característica que no se puede pasar por alto. Hay un acelerado proceso de sustitución de población que tiene y tendrá aún más consecuencias. Las mujeres autóctonas tienen pocos hijos. Su tasa de fecundidad es de algo más de 1,1 y la tasa de natalidad ha ido disminuyendo hasta llegar a 8,77 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Una magnitud realmente pequeña para una ciudad que se quiere dinámica y también es fruto del progresivo envejecimiento de la población que, como veremos, también tiene otras consecuencias. Los nacidos en el Barcelonès son ya minoría y su cifra ha menguado en 100.000 personas desde inicios de siglo.
  6. El porcentaje de niños nacidos con uno o dos padres inmigrantes en 2022, factor que señala la evolución futura de la población, está encabezado por Catalunya, porque sus provincias ocupan los primeros puestos. Girona 53,7% (1a), Lleida 49,3% (2a), Barcelona 49,2% (3a), Tarragona 47,5% (5a). Para el conjunto de España, su magnitud es del 36,7%. En Madrid se alcanza el 43,3%.
  7. El alumnado de origen inmigrante de primera y segunda generación es ya de 1 por cada 4 alumnos en Cataluña, 1 de cada 5 en Baleares, al igual que en Madrid y Navarra, el 19% en Murcia y el 17% en Valencia y en Aragón, como los más destacados. De hecho, Cataluña y Melilla presentan el mismo rango de proporción (24% y 26%).
  8. En Cataluña con datos de 2021 hay 1,6 millones de habitantes nacidos en el extranjero y 0,6 millones con uno o dos padres nacidos en el extranjero. El conjunto significa 2,2 millones, esto es, un 27% de la población total, que crece además a un ritmo vertiginoso por efectos de la inmigración continuada y de la reducción también acelerada de la población autóctona.
  9. De hecho, ahora en Catalunya sólo 2,6 millones de habitantes tienen a los dos padres nacidos en el país. Es poco. Es una magnitud que se acerca mucho ya a la de los nacidos en el extranjero o con padres de ese origen. Querer negar que existe un proceso de sustitución de gran magnitud es negar la evidencia. Lo que, además, es muy importante en la capital de Cataluña, y es clamoroso en determinadas poblaciones, como en Guissona, donde el 49% de la población es extranjera.
  10. Los datos del CED permiten ver desde 1900 la creciente evolución de la inmigración y sus respectivos vértices. El primero de ellos se produce en 1901 con un crecimiento inmigratorio de 6.055 personas en el año máximo. El segundo vértice se da en 1927 con un incremento en el vértice de 32.716. El tercero, en 1966, con 84.195 personas de incremento inmigratorio. Pero las dos puntas anuales mayores de más de 100.000 personas se dan a principios del presente siglo.
  11. Todo ello afecta mucho a la lengua catalana. Cada vez es más difícil oír hablar catalán en Barcelona y ser atendido a la primera en catalán y, por tanto, este hecho tiene una clara consecuencia sobre la difusión de la cultura de Cataluña.
  12. También se hace sentir, como es lógico, en la productividad de Barcelona y su área metropolitana. La menor de todas las de Europa, sólo Atenas presenta una menor productividad. Este hecho liga mal con la idea de una ciudad muy tecnológica.

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