¿Por qué el PP puede perder las elecciones generales?

Las encuestas, salvo la del CIS de Tezanos, dan sistemáticamente la primera posición al PP con una diferencia de entre 3 y 5 puntos en relación al PSOE de Sánchez. El resultado es insuficiente para formar un gobierno si no hace una alianza con Vox, que es lo que intenta torpedear a toda costa el presidente del gobierno.

Hay otro factor importante que constituye la otra operación de Sánchez que es reforzar la iniciativa de Yolanda Díaz y su operación Sumar para que fuera la tercera opción electoral en resultados, desplazando a Vox. Este cambio tendría importantes repercusiones en número de diputados logrados porque dado el sistema electoral español, en la mayoría de circunscripciones la cuarta opción ya no saca diputados.

Por tanto, dar por ganador al PP es muy atrevido, más si se tienen en cuenta una serie de factores como los siguientes:

  1. No tiene una cultura política propia integral como alternativa al PSOE, como demuestra su seguidismo en relación con la ideología de género, el feminismo, el aborto, la familia, etc. O bien comparte los puntos de vista socialistas o asume un perfil bajo.
  2. Esta supeditación cultural se pone de manifiesto y tiene importantes repercusiones en que el gobierno aliado con la extrema izquierda se permite demonizar al PP para que no pueda pactar con su derecha, pero el discurso inverso es muy débil.
  3. El PP se presenta como gran defensor de la unidad de España y antiindependentista, pero la forma como lo plantea hace que en la práctica reactive el independentismo que quiere combatir, mientras que Sánchez con la colaboración de ERC, ha conseguido desactivarlo políticamente. Está por ver que la forma como lo ha hecho tenga un gran coste de aquí a las elecciones.
  4. El PP no quiere construir alternativa alguna a Catalunya. El expresado punto anterior facilita el rendimiento electoral socialista en Cataluña y perjudica al PP, en una actitud que parece deliberada. Basta con comparar la posición de los populares vascos abiertos al vasquismo moderado procedente del PNV y el carácter totalmente refractario a la más mínima gota de catalanismo del PP en Catalunya. La pregunta es si se puede gobernar España siendo marginal en Barcelona y en Cataluña.
  5. Los pensionistas son la gran arma secreta de Sánchez. El mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones más la guinda que ha reactivado al Imserso, unido al temor sobre lo que pueda hacer el PP, como ya hizo Rajoy, puede ser un arma electoral de destrucción masiva para los populares contando que además los jubilados son el sector de población con mayor índice de participación electoral.
  6. No tiene un programa económico de contenido social claro y, si lo tiene, no lo explica.
  7. Su capacidad y habilidad en el Congreso es muy limitada y no se trata sólo del perfil de la portavoz Cuca Gamarra, sino de la incapacidad para fiscalizar al gobierno y mostrar a la ciudadanía la degradación que viven el estado de derecho y la democracia en España.
  8. La renovación del TC ha sido un desastre. La resistencia a cumplir con lo que obliga la Constitución ha terminado con una solución pésima que ha convertido al TC en un ministerio más del gobierno, como es fácil constatar por las escandalosas sentencias y la forma en que se están produciendo en materias tan delicadas como la eutanasia y el aborto.
  9. No tiene discurso para cuestionar el papel de Yolanda Díaz y la posibilidad de que acabe vislumbrando la tercera fuerza del Congreso. Su falta de golpe doctrinal también se manifiesta en este capítulo y con el complejo que tiene al asumir la realidad de Vox, problema que Sánchez no tiene en relación a las estridencias de UP, Bildu o ERC.
  10. Pese a las apariencias Sánchez se entiende bien con la muy gran empresa española. Pueden discutir por cuestiones que nada cambian en el fondo, como los impuestos que han llevado a cabo sobre la banca, pero Sánchez en ningún momento ha actuado para alterar las reglas de juego (tampoco UP). Cabe recordar que la máxima concentración bancaria de la UE se da en España, donde los 5 grandes bancos ya controlan casi el 70% de la cuota de mercado y han crecido la asombrosa cifra de 25 puntos porcentuales desde 2008. Pero Sánchez no tiene en cartera nada para modificar esta situación. Igual puede decirse en relación con las grandes gasistas y petroleras. Todo el discurso sobre el hidrógeno verde se concreta con una formulación que es la que han puesto sobre la mesa estas empresas para mantener centralizado el negocio de la energía a pesar de la transición energética.

Creus que les obres de Consell de Cent i Via Laietana haurien de revertir-se si Colau perd les eleccions i no surt alcaldessa?

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