La vivienda es el gran reto de nuestra economía porque si no se realiza una inversión masiva, su capacidad de estrangular la vida social y económica del país se hará, de hecho ya es así, insoportable.
Por tanto, hay una decisión a tomar: invertir masivamente en construir vivienda que esté al alcance de la gente. Ahora, si se adopta esta decisión necesaria, entrará entonces en juego un segundo problema: el de la reducida productividad de esta actividad económica y además en las dos vertientes, baja productividad de la inversión y también del trabajo. Y, por tanto, irá a dificultar la mejora de ese otro grave problema estructural de nuestra economía que ya se ve afectado por el peso extraordinario que tiene el turismo, otro sector caracterizado por esta condición negativa.
Cabe recordar que en relación al trabajo, la productividad española en 2022 en términos de hora trabajada está muy por debajo de la productividad de la Unión Europea, porque sólo significa un 76%. Pero es que, además, ha crecido menos que en otros países: un 0,7% anual desde inicio de siglo, por un 1,1% de la UE y el 1,4% de EEUU.
En cuanto al capital, España tiene un menor stock por trabajador que la media de la UE. La mayor productividad de todas, la total de los factores (PTF) ha experimentado un retroceso del 7,3% desde el año 2000, mientras que países como Alemania o EEUU ha crecido en un doble dígito. El resultado es que la PTD española es un 14,7% menor que la de la eurozona y un 36,5% inferior a la de EE.UU.
Es evidente que con estas características, la inversión masiva y necesaria en vivienda, si no se toman medidas correctoras de gran vuelo, todavía nos hará retroceder más en el ranking de países europeos. Y recordemos que la productividad de hoy significa los ingresos de la población de mañana.