Viktor Orbán destrona a Giorgia Meloni como líder de la derecha alternativa europea

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, preveía hacer valer la posición de su grupo parlamentario en Bruselas, los Conservadores y Reformistas Europeos, para intentar hacer escorar al ejecutivo de la Unión hacia la derecha, aliándose con su rival alemana y presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Pero Meloni no podía prever dos hechos notables acaecidos desde las elecciones europeas del 9 de junio.

El primero fue que los tres grandes partidos que han dominado la política de la UE tradicionalmente, populares, socialistas y liberales, y que conforman lo que podríamos llamar el establishment de Bruselas, no tardaron ni 24 horas en dejar bien claro que pensaban repartirse todos los cargos clave, dejando así una vez más marginada la derecha alternativa a pesar de sus buenos resultados electorales.

Meloni, que llevaba años haciendo un ejercicio de moderación internacional, y que ha dado excelentes resultados en Italia, se dio cuenta de repente que volvía a quedar relegada al rango de deplorable populista.

El segundo evento se produjo cuando el primer ministro húngaro Viktor Orbán anunció la formación de un grupo parlamentario propio, Patriotes por Europa (su partido, Fidesz, llevaba desde 2021 excluido del Partido Popular Europeo).

Numerosas fuerzas políticas de todo el Viejo Continente (como Vox en España), anunciaron enseguida unirse a la nueva entidad, que se convirtió en la tercera fuerza parlamentaria en detrimento de Meloni, cuando acogió el 8 de julio a Agrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella con su fuerte contingente de treinta eurodiputados.

La rapidez de ese movimiento de atracción demuestra el liderazgo político e ideológico que ha logrado Viktor Orbán como padre de la derecha alternativa europea.

Al frente de un pequeño país de Europa central, antiguamente perteneciente al Pacto de Varsovia y sin el potencial industrial de otros como Chequia, Orbán ha conseguido convertirse en el modelo a seguir de la derecha desacomplejadamente conservadora en toda Europa.

Y es que las iniciativas del líder húngaro no deja a nadie indiferente. Tras presentar un ambicioso programa para la presidencia rotatoria de la Unión Europea que actualmente ostenta, Orbán inició una gira mundial que le llevó de Kiev a la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago, en Florida… pasando por Moscú y Pekín.

Con movimientos como éste, más simbólicos que dotados de contenido concreto, Orbán parece querer demostrar que un rumbo alternativo al que mandan los partidos al poder de Bruselas es posible.

El tiempo dirá si la fuerza de atracción que genera el líder húngaro logra unificar las opciones de derecha alternativa en la Eurocámara, comenzando por los partidarios de Meloni. Un paso previo indispensable para plantearse un verdadero cambio de signo político al frente de la Unión.

Tras las elecciones europeas, Giorgia Meloni se enfrenta a nuevos desafíos en la Unión Europea. Descubre cómo los movimientos políticos han impactado su estrategia Share on X

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