¡No abandonemos Cataluña!

Cataluña ha sido referente tanto a nivel español como europeo, tanto desde el punto de vista económico como cultural o artístico. Cataluña continúa teniendo un gran potencial, pero solo puede progresar si los ciudadanos de Cataluña somos capaces de llegar a amplios consensos, y hoy, ni la vía unilateral de independencia ni aquellos que querrían sacar competencias y soberanía a la Generalitat lo tienen.

Parto de esta primera premisa para dejar claro en qué terreno de juego se moverá el artículo. Un país que no trabaje conjuntamente por unos objetivos parecidos es un país que va camino del fracaso y hoy desgraciadamente Cataluña lo es.

En las últimas semanas en Cataluña se han visto imágenes impactantes, con varias decenas de barricadas quemando en las principales ciudades y la ocupación de carreteras e infraestructuras. Además, la violencia utilizada contra la policía ha sido muy contundente. Estas actitudes de sabotaje y violencia son totalmente reprobables. Ahora bien, esta no es la primera ocasión en que se producen desórdenes en Cataluña, es más, si cogemos una perspectiva histórica de Cataluña, el territorio catalán no ha sido precisamente una tierra de paz, sino más bien al contrario un territorio de lucha y conflicto. De hecho, Vicens Vives a “Noticia de Cataluña” ponía de manifiesto cómo en los últimos siglos el territorio catalán había sido el que había sufrido más guerras de toda Europa. Pero por suerte, hoy ya no nos situamos en estas coordenadas de violencia. En definitiva, lo que se ha visto en la calle ha sido muy grave, pero no es la primera vez que pasa, por ejemplo, en 2011 Artur Mas tuvo que llegar en helicóptero al Parlamento.
Por lo tanto, la novedad en cuanto a la violencia en la calle no es principalmente su intensidad sino el hecho que el President de la Generalitat de Catalunya y los principales partidos que se llaman independentistas hayan justificado estas acciones de vandalismo e incluso las hayan animado. Esta actitud sí que es muy peligrosa.

Los dos principales motivos de preocupación que identifico son, por un lado, el ataque a la institución de los Mossos d’Esquadra, uno de los principales baluartes del autogobierno catalán y que parece que aquellos que teóricamente defienden y quieren Cataluña son los que tienen más interés en acabar con ella compartiendo opinión con los unionistas más exaltados. Pero todavía es más grave cuando tenemos en cuenta que el President Torra es su máximo responsable, y por tanto, en última instancia, responsable de las actuaciones de los Mossos d’Esquadra.

Por otro lado, y con un impacto más grande y permanente en el tiempo, las instituciones gobernadas por los partidos que se llaman independentistas están facilitando la destrucción de los principales consensos sociales y en general del catalanismo, especialmente los relacionados con la lengua, como es el de la inmersión lingüística. Los que ayer abogaban por la supresión de este sistema de éxito de la educación catalana hoy ya son una minoría muy amplia. Un ejemplo de esta realidad es que actualmente el partido con más representación en Cataluña es Ciudadanos, un partido que tiene como principal función diluir el catalanismo. Ciudadanos debe la mayor parte de su éxito a los partidos autodenominados independentistas. Hoy yo veo muchas más banderas españolas que las que nunca había visto antes en Cataluña.

En particular el hecho que me causa más tristeza es el olvido general por parte de los políticos, que son servidores públicos, y en el caso del President de la Generalitat, que es el President de todos los catalanes, de velar por el bien común de la sociedad catalana. Pero hoy no lo hacen, y al no hacerlo provocan que aquello que dicen defender, las instituciones catalanas, sean reconocidas como propias cada vez por menos gente. Un ejemplo es cuando se evalúa qué público tiene TV3, que es prácticamente monocolor. ¡Cuánto esfuerzo durante los primeros años del autogobierno para que la gran mayoría de catalanes se sintieran interpelados y representados por las instituciones catalanas!

La herida que se está produciendo en el país es profunda y costará mucho de cerrar. Además, ya está provocando una radicalización de muchos de los partidos unionistas hacia la autonomía catalana. Hoy el diálogo, desgraciadamente, es inviable, pero lo más grave es que parece que tanto a un lado (Torra, ERC y compañía) como al otro (la mayoría de los partidos que se llaman constitucionalistas) les interese que este conflicto se perpetúe haciendo que se beneficien los radicales de cada banda y así de paso no se hable de los temas que verdaderamente afectan los catalanes y españoles. ¿Algún político habla de paro, precariedad o pobreza?

Y llegado a este punto del artículo y mirando en perspectiva yo me pregunto: ¿A dónde nos ha llevado el proceso y la dejadez de Madrid? Solo dejaré un comentario: cuando la política busca enaltecer las emociones y no la razón, las consecuencias no acostumbran a ser positivas.
Permitidme hacer una apelación final. No podemos abandonar Cataluña, seáis independentistas o no. Cataluña solo progresará si todos construimos juntos. No olvidemos la historia de Cataluña y no malogremos, como estamos haciendo, todo aquello que costó tanto conseguir. Lo ganamos todos, lo perdemos todos, no hay más posibilidades, elegimos.

Nota

En este artículo se me puede acusar de haberme focalizado prácticamente en exclusiva en Cataluña y sus instituciones, y tenéis razón, pero lo hago como forma de denuncia de una persona que quiere a su país y que lo único que quiere es lo que cree mejor para Cataluña y su gente.

Por otro lado, me he referido a partidos como ERC, la CUP o JxCAT como partidos “que se llaman independentistas” y no como independentistas. La razón de esta diferenciación es que en mi opinión este proceso nos ha alejado todavía más de la hipotética independencia. Hoy gente que la podría ver con una cierta simpatía, el famoso 80% de catalanes que en 2012 estaba de acuerdo en realizar un referéndum, hoy se ha reducido a algo más de la mitad. Por lo tanto, se ha erosionado de forma espectacular la comunidad soberanista y como he dicho al principio del artículo, sin una mayoría social no será posible sacar adelante ningún proyecto sólido para Cataluña y esto incluye el de la independencia.

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