El acreditado grupo de previsiones Metaculus ha establecido la previsión posible de muertes de militares en la guerra de Ucrania hasta el 1 de enero de 2024. Este centro trabaja con predicciones sobre muchísimos asuntos diferentes porque su especialidad no es temática, sino metodológica: la de la predicción.
En el caso concreto que hemos citado, ha establecido una prospectiva de cuántos militares pueden morir tanto del bando ucraniano como del ruso hasta el inicio del próximo año.
La cifra segura es la de 25.000 muertes, por parte ucraniana, pero la predicción es que pueden alcanzar los 50.000, dado que un 77% de las predicciones llevadas a cabo señalan esa posibilidad. En un rango mucho menor, las cifras incluso podrían alcanzar los 100.000 soldados muertos, pero en este caso la predicción se inclina sólo en un 24% de los casos, por tanto, la mortalidad de los hombres que luchan será previsiblemente ésta: por encima de los 25.000 y probablemente llegará a los 50.000.
¿Y por parte rusa? Pues la metodología es la misma. Pero en este caso la probabilidad de alcanzar los 50.000 es prácticamente total, con un 92% de previsiones e incluso el 45% de las mismas se inclinan porque se alcanzará la cifra de 100.000 muertes. Es lógico que el ejercito que ataca en principio siempre tiene muchas más bajas, por esta razón una norma elemental de la estrategia bélica señala que los atacantes deben superar como mínimo en una proporción de 1 a 3 a los defensores.
Hay dos cuestiones de fondo en toda esa mortalidad. La primera es la sanguijuela que representará para Ucrania, un país de 43,79 millones de habitantes, es decir, de una dimensión similar en España. En la que del orden de 40 o 50 mil varones en edad militar morirán. Naturalmente, aquí no hay cifra de los heridos y de las personas que arrastrarán toda su vida traumas y dependencias, pero como mínimo serán el triple de esa cifra. El destrozo sobre la capacidad futura de Ucrania con el factor más importante de todos, el humano, será extraordinario.
Es esta la solución de futuro, porque en el caso ruso con toda certeza registrará más muertes, pero su población es extraordinariamente mayor, 143,4 millones de habitantes. Por tanto, el impacto será mucho menor. Es Ucrania la que está en la trituradora y no Rusia y es ella quien pagará las consecuencias.
Y ahora preguntémonos sobre cuál es el escenario final más probable.
¿Parece lógico creer que Rusia será totalmente derrotada y se retirará de los territorios ocupados incluida Crimea? ¿Alguien considera posible que Putin sea derribado a pesar de su nivel de popularidad y control? Es evidente que no.
Lo que sí experimenta Rusia es una fuerte guerra de desgaste, pero no de destrucción de sus cimientos, como en el caso ucraniano.
Mientras la Comisión Europea y sus estados miembros, con la excepción sobre todo de Austria y Hungría, alientan el continuo rearme ucraniano. Aún no se ha enfriado la decisión de enviar carros de combate, cuando Zelenski ya ha puesto sobre la mesa en su actual gira europea la necesidad de cazas de combate que Reino Unido, sumergido en una crisis histórica, aplaude con las orejas . Proyectar sus problemas a un conflicto exterior y darle una dimensión épica forma parte del manual de la política desde tiempo inmemorial.
El hecho de que cada vez se involucre más la UE tiene un riesgo evidente y ampliamente comentado:
La reacción rusa y el abuso de armamento nuclear táctico, es decir, de efectos muy localizados. Si esto se produjera en territorio de Ucrania, ¿cuál sería el paso posterior de los estados europeos? ¿Declararle la guerra a Rusia? ¿Ofrecer la OTAN donde sólo manda EEUU, cuando está envuelta en un conflicto con China al otro lado del mundo?
Todo ello muertos y más muertos. Destrucción. Esa vía ha sido la solución de nada.
Es Ucrania la que está en la trituradora y no Rusia y es ella quien pagará las consecuencias Share on X