En los últimos días los bancos están luchando para mejorar su salud financiera en tiempos difíciles para el sector. Banco Sabadell, Santander o CaixaBank son algunos de ellos. Los cambios para acelerar su negocio hacia la digitalización y los cambios de hábitos de consumo en los clientes han forzado a los bancos a adaptarse.
En el caso del Banco Sabadell, entre los meses de enero y junio registró un beneficio de 145 millones de euros, lo que supone una caída del 72,7% respecto al mismo periodo de 2019. Las dotaciones para insolvencias y otros deterioros aumentan a 1.089 millones, frente a los 374 de hace un año, para incorporar los nuevos escenarios macroeconómicos después de la pandemia del coronavirus. La entidad explica que los menores ingresos derivados del confinamiento neutralizan el impacto de la plusvalía de 293 millones de euros netos por la venta del Sabadell Asset Management. Estas dotaciones suponen un coste del riesgo de crédito de 107 puntos básicos al cierre en junio de 2020.
En el caso de CaixaBank la tendencia es similar: ha reducido su beneficio en el primer semestre un 67% , hasta los 205 millones de euros, debido al esfuerzo en provisiones realizado para combatir los efectos del coronavirus. El resultado, señala la entidad, incluye una provisión extraordinaria anticipando impactos futuros asociados a la Covid-19 de 1.155 millones de euros. Además, incorpora el coste asociado a prejubilaciones de 109 millones.
El grupo subraya en su informe que a pesar de que las dificultades, el crédito a la clientela ha alcanzado los 242.956 millones de euros, es decir, que ha crecido un 6,8%, como consecuencia esencialmente del aumento del crédito a empresas, en un 15,9% derivado de las líneas de liquidez del ICO. En el segundo trimestre CaixaBank ha incrementado el ejercicio de prudencia para afrontar impagos futuros consecuencia de la situación de la economía al ampliar en 755 millones las dotaciones vinculadas a la pandemia. En el primer trimestre, esta hucha alcanzó los 400 millones.
El grupo ha podido llevar a cabo esta anticipación de riesgos por la capacidad de generación de ingresos ordinarios. La actividad bancaria generó a la entidad 4.064 millones, lo que supone un descenso de solo el 0,5%, a pesar de las circunstancias del mercado, que se vieron alteradas por el confinamiento. Admite que el entorno ha sido muy complejo, pero que en junio y julio el panorama se ha ido vaciando y recuperando. En este escenario, el margen de intereses se recortó un 2,1% por menor concesión, sobre todo en la parte de consumo, e ingresos inferiores al descender los tipos aplicados en los préstamos a empresas del programa de liquidez del ICO, pero tanto las comisiones como los seguros experimentaron alzas, del 1,5 y el 10,5% respectivamente.
Por otra parte, este miércoles Ana Botín, presidenta del Banco Santander, anunció pérdidas contables históricas de 10.798 millones de euros en el primer semestre del año después de realizar un saneamiento integral de su balance. Es decir, después de reconocer la pérdida de valor de negocios e inversiones históricas en relación con el que hasta ahora estaba anotado en sus cuentas. Este saneamiento contable va mucho más allá de lo que están realizando otros bancos vinculados al impacto que tendrá la crisis del coronavirus por el previsible aumento de las insolvencias y la morosidad. De hecho, el gran ajuste (10.100 millones) se produce sobre el fondo de comercio, donde se recoge el valor intangible que el grupo da a algunos negocios por los que en su momento pagó una cuantía superior al valor de mercado confiando en su futura generación de beneficios. Los tres grandes ejes del deterioro son Reino Unido (6.101 millones), los Estados Unidos (2.330 millones) y Polonia (1.192 millones).
El otro gran ajuste se produce en la partida de activos fiscales diferidos por importe de 2.500 millones de euros. Aquí el ajuste se concentra en España y tiene que ver con las pérdidas contables derivadas de la última crisis hipotecaria que generaron a la empresa plusvalías fiscales -es decir derechos a pagar menos impuestos- que todavía no ha utilizado. La ratio de morosidad se mantiene estable en el 3,26% protegido por los programas de moratorias impulsados por los Gobiernos y el mismo sector con la complicidad de los supervisores financieros a los bancos. De esta manera, los impagos bajan en España hasta junio con la que está cayendo en el ámbito económico, aunque hay mercados en los que este indicador comienza a repuntar como Reino Unido, Polonia, México, Brasil y Chile. El CEO del Santander ha matizado que todavía no están viendo un fuerte incremento de los impagos, pero es previsible que estos se produzcan en los próximos meses.
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