El desorden gubernamental provocado por una coalición de adversarios políticos que dedican tiempo y esfuerzos a hacerse la zancadilla, unido al gobierno de la Generalitat más débil de la historia en cuanto a eficiencia, eficacia y capacidades, culmina ahora con un golpe tan duro, por la dimensión y efecto psicológico sobre la población, como es el confinamiento del Segrià debido a la expansión incontrolada del Covid-19. Son 210.000 habitantes los que verán de esta manera alterada su vida.
La pregunta que hay que hacer es: ¿qué ha aprendido el gobierno catalán de toda la experiencia precedente sobre la necesidad de detección rápida e intervención inmediata? La respuesta es que nada, y que seguimos expuestos a la incertidumbre.
La segunda pregunta básica es sobre cuáles son las posibilidades de que este hecho no se dé en más lugares a lo largo de julio. Algunos expertos anuncian una segunda ola.
Y aún hay una tercera pregunta. Con estos precedentes, ¿qué pasará en otoño? Cuando, como todo el mundo del ámbito sanitario señala, se produzca una nueva ola del SARS-Cov-2 al aumentar la presencia en espacios cerrados y el efecto del frío y la humedad favorables a este coronavirus.
Hay una cuestión evidente: la poca responsabilidad de parte de la población al no adoptar las medidas de prevención. Cierto, pero no nos engañemos: las medidas no están a la altura del problema. El discurso relativista sobre la mascarilla, los enredos de la incompetente consejera de Salud, su suficiencia impostada, fruto de la ignorancia, tienen mucho que ver también.
La responsabilidad social en una sociedad que han fabricado, marcada por el hedonismo individualista, al que son especialmente sensibles muchos jóvenes -y no tan jóvenes- propio de la sociedad desvinculada, obliga a que las normas sociales, si quieren ser cumplidas, deben ser rotundas y claras, e imperativa la efectividad de su cumplimiento. «En verano, prohibido el fuego en el bosque». Esto lo entiende todo el mundo.
Pues ahora, lo mismo: mascarilla o pantalla protectora obligatoria siempre y en todas partes, incluida la calle, con la única excepción de la práctica del deporte al aire libre y en la montaña. Esto y la capacidad efectiva de sancionar la indisciplina.
Pero la cuestión de fondo es otra: se requiere una capacidad masiva para hacer diagnósticos PCR, que la Generalitat no tiene, y mira que han pasado meses, y también resultados rápidos. Se necesita una red de buscadores de casos mucho mayor, 20 por cada 100.000 habitantes como mínimo; 40 para el Segrià. ¿Dónde están? Simple: no están. Y, finamente, un sistema de asistencia primaria más sólido y con capacidad de intervenir desde el primer síntoma.
Si queremos evitar ingresos hospitalarios, gente en la UCI y muertes, esto debe ser realidad, como lo debe ser el uso del Redesmir, no sólo como ahora, en situación grave, sino al inicio, dentro de los tres primeros días, como vienen señalando los expertos, para limitar el desarrollo de la carga vírica. No es la solución taumatúrgica, pero forma parte de la solución, y como el medicamento se aplica por vía intravenosa, es necesario que la asistencia primaria esté en condiciones de hacerlo.
El camino de la respuesta es concreto y claro:
- Obligación de mascarilla o pantalla
- Capacidad de hacer efectiva la obligación
- Diagnósticos masivos con PCR
- 2 rastreadores por cada 10.000 habitantes
- Como fruto de las detecciones y rastreos, confinamientos familiares y microconfinamientos radicales
- Intervención rápida de la asistencia primaria en las personas presuntamente afectadas, para verificar la enfermedad
- Aplicación del Redesmir en los primeros tres días y de manera domiciliaria.
Y, punto fundamental, y lo he reiterado en otras ocasiones: el descanso urgente, el refresco de nuestros médicos y personal sanitario: muchos están laboralmente «quemados». En estas condiciones no se puede encarar bien el verano.
Esto sí que es proteger a los catalanes y su bienestar. Lo que viene haciendo la Generalitat es otra cosa: marear la perdiz.
PD: Y hagan el favor de poner a una persona competente en Salud, aunque no sea independentista.
Más información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS