El prestigioso servicio de estudios Funcas en su último Panel de Previsiones informa que la mayoría de los análisis parten de la hipótesis de que en junio se habrá vacunado en España entre el 30% y el 45% de la población, en lugar del 70% que sostienen Sánchez y Salvador Illa. Estas estimaciones son coincidentes plenamente con las realizadas por Conversaciones en Cataluña. Según esas mismas estimaciones, la cifra del 70% no se alcanzará hasta final de año.
El resultado es evidente. El verano en estas condiciones difícilmente se podrá salvar porque habrá mejora, pero ni mucho menos garantías de seguridad suficientes para hablar de una normalización razonable.
Todo ello enturbia la previsión económica para este año. Ya no está tan claro que el rebote del PIB sea importante. De momento, Funcas lo sitúa tan sólo en un 6,3% y, por tanto, lejos de absorber la pérdida del 11,2% que se produjo en 2020. Esta minoración es consecuencia del modesto crecimiento del primer trimestre que sólo será del 0,5% en términos intertrimestrales. Pero la reanudación posterior, con crecimientos que van del 2% al 3%, puede quedar afectada y volver a reducirse por la combinación de dos factores que están ya muy presentes:
Uno, el ya apuntado del retraso en la vacunación. El otro es que, como admite a estas alturas el Dr. Simón, se prevé que en el mes de marzo la variante británica del coronavirus tendrá ya una difusión que se acercará a la mitad de los casos. Hay que recordar que su carácter mucho más contagioso está haciendo que media Europa se replantee incluso el uso de mascarillas para concentrarse en las más eficaces, las FFP2. Más lejos aún, y con mucha más incertidumbre, hay en el horizonte las otras dos mutaciones, la sudafricana y la brasileña, que podrían presentar resistencia a los efectos de la vacunación, y eso aún complicaría más el panorama. La posibilidad de que estas modificaciones se hagan presentes está en función de la velocidad de reproducción del coronavirus y, por tanto, corresponde a la vacuna la capacidad de reducirlo en la medida que se multiplica la población inmunizada.
El panorama en este momento en el caso concreto de Cataluña, del que tendrá que pasar cuentas, como del conjunto de España, Salvador Illa no es bueno. Se ha reducido la velocidad de propagación, pero continúa al alza. Podría ser que llegáramos al máximo este mismo mes de enero, se iniciara un descenso moderado, pero según en qué condiciones se produzca, en el mes de marzo estalle una cuarta ola.
La OMS determina que los indicadores señalarán menos de un 5% de casos positivos en los tests efectuados, un riesgo de rebrote menor de 100 y una RO (la capacidad de contagio) inferior a 1. Pues bien, en Cataluña estamos en relación con la primera cifra, la de los positivos, en un 8,63%, el rebrote está en los 637, y la RO en 1,07. Malas noticias, por tanto.
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