La vida política catalana sigue siendo fuente de malas noticias: 3%, Canadell, alcalde de Badalona

La población de Cataluña está teniendo un comportamiento ejemplar en esta catástrofe que significa la pandemia.  La solidaridad ciudadana, los esfuerzos de los profesionales que se encuentran en primera línea de la crisis, el cumplimiento ejemplar del confinamiento más duro del mundo, con la excepción del aplicado en China, el empuje y el ingenio de los empresarios para salir lo mejor parados posibles de estas situación desconocida, todo ello, no tiene un correlato equivalente en nuestra vida pública, en la dimensión política.

En solo en 24 horas se han producir tres hechos que reiteran algo que conocemos: nuestros profesionales de la política y cargos públicos no están, en demasiadas ocasiones, a la altura mínima a la que nuestra sociedad tiene derecho. Hoy se constata una vez más.

Por una parte, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha citado como imputados por la causa del 3% a 4 exconsejeros de Convergencia Democrática, concretamente Jordi Jané, Felip Puig, Irene Rigau y Pere Macias. Los motivos se remontan a una década atrás, entre los años 2.009 y 2010. La interlocutoria establece que existen suficientes indicios para afirmar que altos cargos de aquel partido estuvieron confabulados con cargos públicos y funcionarios de las distintas administraciones, a fin de poner en marcha una estructura para financiar el partido de manera ilegal y encubierta.

Hay que recordar que en el 2010 Artur Mas inició su mandato que duraría hasta el 2016. También se investiga al exalcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo, a la alcaldesa de Calella, Montserrat Candini, al expresidente del Cesicat, Carles Flamerich, al dirigente de CDC, Marc Guerrero, al expresidente del Fórum Barcelona, Víctor Vila, al exportavoz de CDC en la Diputación de Barcelona, Jordi Moltó, a la exdiputada al Parlament, Gloria Renom y al exconcejal de Barcelona, Eduard Freixedes.

En la actualidad, tanto Macias como Puig están vinculados a la concesionaria de los tranvías de Barcelona, y en concreto, el primero fue elegido por Ada Colau para pilotar su proyecto estrella del tranvía por la Diagonal de Barcelona. Naturalmente, la imputación no significa ni mucho menos culpabilidad y debe prevalecer en todo caso la presunción de inocencia.

El segundo dato negativo sobre el que ya informó ayer Conversas a Cataluña es la detención primero y la dimisión después, del alcalde de Badalona, Àlex Pastor al ser detenido por la policía por saltarse el confinamiento, y sobre todo, por conducir con evidentes síntomas de embriaguez. A este hecho se le unió la resistencia que ofreció a los Mossos d’Esquadra para evitar ser detenido. El Partido Socialista, del que era miembro en su doble condición de concejal y alcalde de la tercera población de Cataluña, ya lo ha excluido de sus filas.

Finalmente, las impresentables declaraciones de Joan Canadell quien literalmente afirmó que España es “paro y muerte” y “Cataluña vida y futuro”, después de asegurar que una “Cataluña independiente habría salvado miles de vidas”. La declaración es de una demagogia impresentable y ofensiva para los españoles, y buena parte de los catalanes que no se sienten representados por estos exabruptos, más cuando la Generalitat, que posee amplias competencias, ha mostrado una ineficacia considerable en muchas de sus actuaciones. De hecho, está pendiente de indagación por qué la mortalidad ha sido tan elevada, y por qué se ha actuado tan tarde y tan mal en las residencias de gente mayor.

Si la cuestión se mide en muertos, el Gobierno de Torra se lleva una palma y no es ciertamente honorífica. Pero además, es que Canadell es el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, y se presupone que su misión es procurar ayudar a la salida de la difícil situación económica que la pandemia ha creado en el país y en concreto en el área de Barcelona, que, a pesar de su peso industrial, depende en buena medida del turismo que ha venido acudiendo masivamente a la capital, y todas las actividades comerciales a él conexas.

Ahora esta práctica económica está en riesgo de quiebra y su recuperación puede ser lenta y va a depender en gran medida del turismo de proximidad. Barcelona, en el mejor de los casos, va a necesitar del visitante procedente de otros lugares de España, y es obvio que teniendo encargos de tanta responsabilidad a personas como Joan Cañadell y sus declaraciones, lo que menos va a despertar son simpatías y ganas de visitarnos. El actual presidente de la Cambra de Comerç forma parte de este grupo de personajes que confunden la política con el disparar a los pies de los catalanes.

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