La Castañada es una de las fiestas más arraigadas en Cataluña, que se celebra el 31 de octubre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos. Esta celebración, de origen tradicional y con un fuerte vínculo con la gastronomía de otoño, ha sido un símbolo de reunión familiar y comunitaria, en la que la naturaleza y el recuerdo de los antepasados tienen un protagonismo especial.
Origen y Tradición
La Castañada tiene sus orígenes en las antiguas ofrendas funerarias. Antiguamente, la gente se reunía la noche antes de Todos los Santos para recordar a los difuntos, y durante la velada se encendían hogueras para calentarse y comer alimentos energéticos como las castañas, que se consideraban un alimento adecuado para prepararse para el invierno. Esta tradición de recuerdo de los fallecidos ha ido evolucionando, pero todavía conserva la esencia del recogimiento familiar y el recuerdo de los antepasados.
La fiesta, en algunas zonas, estaba vinculada a los campaneros, que durante la víspera de Todos los Santos tocaban las campanas para recordar a los difuntos. Las castañas tostadas, acompañadas de moscatel, se comían durante estas jornadas como un alimento energético para soportar las largas horas de velatorio.
Los Panellets
Los panellets son sin duda uno de los elementos más emblemáticos de la Castañada. Son dulces tradicionales hechos a base de mazapán (una mezcla de almendra molida y azúcar), que suelen ir acompañados de piñones, coco, café, chocolate u otros ingredientes. Aunque son considerados un dulce típico de la Castañada, sus orígenes se remontan también a las antiguas ofrendas funerarias. Los panellets de piñones son los más tradicionales y valorados aunque las versiones modernas incluyen una gran variedad de sabores.
Su origen es bastante antiguo, y se dice que antes se llevaban al horno de las iglesias o de las casas como parte de las ofrendas que se hacían para los difuntos. Hoy en día, los panellets forman parte de una tradición que une a familias y amigos, a menudo elaborándolos en casa en un ambiente festivo.
La Castaña: Protagonista de la fiesta
Otro alimento que da nombre a la fiesta es la castaña, que se tuesta y se vende en papelinas durante esta época. En las calles de las ciudades y pueblos catalanes es fácil ver las paradas de castañeras, que se han convertido en un símbolo del otoño catalán. Estas paradas, a menudo decoradas con motivos típicos, venden castañas calientes dentro de papelinas de papel, una costumbre muy arraigada entre pequeños y mayores. Las castañas tostadas también suelen acompañarse con boniatos, otro producto de temporada que se ha convertido en imprescindible en esta fiesta.
El Boniato
El boniato es otro de los elementos gastronómicos de la Castañada. Este tubérculo dulce se cuece en el horno o se tosta en las brasas, y se sirve como acompañamiento de las castañas. Su sabor suave y dulce lo hace un complemento perfecto para el clima fresco del otoño. Aunque no tiene el protagonismo del panellet o de la castaña, el boniato es un alimento que simboliza el cambio de estación y las cosechas de otoño.
Moscatel y Vino Dulce
Para acompañar estos alimentos, un clásico de la Castañada es el moscatel, un vino dulce que se consume en pequeñas cantidades. Esta bebida dulce armoniza muy bien con los panellets y castañas, ya que su sabor afrutado y suave equilibra los sabores de la fiesta. Además, en algunas regiones también es habitual consumir otro tipo de vino dulce, como la mistela.
Todos los Santos: La Celebración religiosa
Al día siguiente de la Castañada, el día de Todos los Santos es una fiesta religiosa dedicada a la memoria de todos los santos y difuntos. Es habitual visitar los cementerios para recordar y homenajear a los seres queridos que ya no están, adornando sus tumbas con flores, especialmente los crisantemos , una flor muy popular en esta época. Esta jornada, de carácter más solemne, complementa la festividad de la Castañada con una dimensión espiritual.
El Impacto de Halloween
En los últimos años, la influencia de la fiesta de Halloween, proveniente de los países anglosajones, ha ido ganando popularidad entre los jóvenes, sobre todo por su carácter más lúdico y festivo. Esto ha generado cierto debate entre aquellos que quieren preservar la tradición catalana de la Castañada y los que abarcan nuevas formas de celebración. Sin embargo, la mayor parte de familias catalanas continúan celebrando la Castañada, ya sea de manera tradicional o incorporando elementos más modernos.
En definitiva, la Castañada es mucho más que una fiesta gastronómica. Es un momento de reunión familiar, de compartir alimentos de otoño y recordar a los antepasados en un clima cálido y acogedor. Los panellets, las castañas y el boniato son los grandes protagonistas de esta festividad, pero detrás de estos elementos hay una historia rica de tradición y espiritualidad que todavía perdura hoy en día, a pesar de los cambios culturales que pueda experimentar la sociedad.
Este equilibrio entre el recuerdo, la comunidad y la gastronomía convierten la Castañada y Todos los Santos en unas fechas muy especiales dentro del calendario catalán.