La amnistía progresa, pero de momento ni un duro de caja

La amnistía sigue adelante en el Congreso de los Diputados por la mayoría gubernamental prevista y en un clima de gran tensión. En el plenario, ERC y JxCat exhiben exigencia ante un gobierno curiosamente ausente de la mayor ley de esta legislatura. Es insólito que ni el presidente del gobierno ni la mayoría de los ministros estuvieran presentes en este debate parlamentario, mostrando así su desprecio por la instancia legislativa, porque Sánchez ni estaba de viaje ni siquiera fuera de Madrid.

Pero volvamos a lo que nos interesa. En paralelo a este progreso con la amnistía se producían dos relevantes rechazos en relación a compromisos contraídos con los partidos independentistas y, en particular, con Puigdemont.

La UE volvió a dejar en el fondo del cajón la normalización del catalán en sus instituciones. En realidad esta cuestión es vista como un incordio ante lo que se consideran problemas más graves. Esto demuestra un escaso trabajo de preparación previa sobre los gobiernos y delegaciones presentes en la UE. La reacción de Puigdemont en primera instancia fue echarle la culpa al PP y después, seguramente pensando que esto no llevaba a ninguna parte, acusó al gobierno español de no haber actuado con suficiente decisión.

Es el primer gran compromiso incumplido y que difícilmente podrá resolver positivamente, porque Sánchez tiene la ventaja de ser el presidente de turno de la Unión, una condición que termina este mes de diciembre. Que el presidente de turno no logre sacar adelante una cuestión teóricamente importante para él y que, al mismo tiempo, se jalee de su peso político en Europa porque ha situado a Nadia Calviño en la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, constituye una contradicción importante y debería encender las luces de alarma de aquellos que quieren creer que Sánchez cumplirá sus compromisos.

Y si del exterior pasamos al régimen interno, la bofetada también se produce en un campo tan sensible como es el de la financiación. Una obra corta y que se despliega en 3 actos.

Primer acto, la ministra de Hacienda, Montero, convoca a las comunidades autónomas al Consejo de Política Fiscal y Financiera. Segundo acto, la consellera de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas, anuncia que no asistirá porque no tiene sentido su presencia, dado que están negociando bilateralmente el afianzamiento online a lo acordado en el texto firmado por ERC con el ministro Bolaños y también reclamado por Puigdemont. Acto final, que los medios económicos del régimen de Cataluña han camuflado, Montero garantiza que Cataluña no tendrá una financiación a medida. Y para que quede claro, detalle que omiten los diarios catalanes, quiso hacerlo constar en el acta de la reunión con los consellers de Hacienda de las autonomías: no hay negociación con la Generalitat para dar paso a un modelo exclusivo para Cataluña. Más claro el agua.

Lo más sorprendente es que después de este hecho, ni en Waterloo ni en la plaza de Sant Jaume ha habido ningún tipo de reacción. ¿Cómo es posible que se acepte un desmentido tan rotundo y concreto de lo pactado y ninguno de los partidos independentistas levante la voz?

Al final, les será de aplicación aquella expresión de Mao referida a EE.UU. en el momento álgido de las tensiones entre Pekín y Washington: “EEUU es un tigre con dientes de papel”. Pues si no hay nada que nos haga cambiar de opinión, nos parece que esta definición es como anillo al dedo para ERC y JxCat.

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