JD Vance, candidato a la vicepresidencia de EEUU, ahora nominado “compañero de ticket” electoral de Trump, es un recién llegado a la política pese a ser senador por Ohio, uno de los seis estados clave en las elecciones presidenciales, y era un perfecto desconocido hace menos de una década. Su nombre logró una gran notoriedad por un libro de memorias, lo que no deja de ser sorprendente para una persona nacida en 1984.
Hillbilly Elegy: una memoria de lucha y superación
Se trata de “ Hillbilly Elegy: En Memoir of Family and Culture in Crisis”, que ha sido traducido al castellano como “Hillbilly, una elegía rural”. En él, Vance explora su infancia y juventud en una familia pobre y desestructurada en el Rust Belt de EE.UU., principalmente en Ohio y Kentucky. La utilización de la palabra elegía en la traducción hace referencia a la tristeza o lamentación que conlleva la pérdida de algo significativo, en este caso, la cultura hillbilly, de los habitantes de las zonas rurales de los Apalaches, un nombre que incluso, según en qué contexto, tiene un carácter peyorativo.
Los valores y las críticas de JD Vance
En su texto, el ahora candidato a vicepresidente destaca los valores de la lealtad familiar, pero también aborda aspectos negativos de aquellas comunidades, como la violencia, la drogadicción y la carencia de aspiraciones educativas y laborales. Analiza cómo la desindustrialización y la pérdida de puestos de trabajo han afectado profundamente a las comunidades de aquella región y han llevado a una crisis de desesperanza y desarraigo.
En este contexto, JD Vance cuenta su vida, con una infancia continuamente arrastrada por su madre adicta y cambiando de hogar en función de la pareja de turno, una situación de la que logra emerger gracias al apoyo de sus abuelos. Vance se apunta a los marines y participa en la guerra de Irak. El hecho de conseguir graduarse en la Universidad Estatal de Ohio y, sobre todo, doctorarse en una facultad de derecho de élite estadounidense como Yale, marca su evolución. Está casado con una compañera de la universidad, también abogada, hija de inmigrantes hindúes, con la que tiene tres hijos. Se convirtió al catolicismo en el 2019.
Sólo 40 Años y ya candidato a la vicepresidencia
En el libro hace una declaración de intenciones cuando explica que tiene serias dudas de que nadie esté interesado en leer un texto de una persona que no tiene especial importancia. Dice: “no soy senador -ahora ya lo es-, ni gobernador, ni he creado una empresa de 2 millones de dólares o una organización para cambiar el mundo. No he hecho nada extraordinario”. Pero, entonces, añade que ha conseguido “algo ordinario, un matrimonio con hijos, perros y un trabajo que es una realidad de donde nací –dice Vance– en Middletown, Ohio, es inconcebible porque en su entorno los más afortunados viven de ayudas y los más desgraciados mueren de sobredosis”.
Por tanto, un realismo descarnado, pero también un anuncio de cómo es posible salir de la crisis. Su conversión al cristianismo en el priorato dominico de Santa Gertrudis en Cincinnati (Ohio) la hizo en presencia de su amigo Rod Dreher, un autor cristiano muy conocido internacionalmente por dos de sus libros “La opción benedictina” y “Vivir sin mentiras: manual para la disidencia cristiana”.
JD Vance ha sido nombrado candidato a la vicepresidencia con Trump a pocos días de cumplir los 40 años, que cumplirá el 2 de agosto. Es una historia personal de esfuerzo y éxito, un signo que, sin embargo, la idea del sueño americano todavía persiste. Su trayectoria es digna de admiración y elogio, pero para nuestros medios de comunicación presenta tres graves inconvenientes que le invalidan totalmente. No tienen nada que ver con su capacidad de trabajo o de sacrificio, sino básicamente con que es muy crítico con el aborto, con la guerra de Irak y, además, ahora es candidato con Trump, hechos más que suficientes para calificarlo en términos bien negativos.
JD Vance también es una expresión joven de cómo nuestro tiempo ha registrado una gran inversión. Quienes defienden los desheredados, los hillbillies, los “deplorables” a los que se refería Hillary Clinton cuando era candidata a la presidencia, es la derecha, mientras que la progresía se ha convertido en la representación de las élites urbanas en su sentido más amplio, un esquema este para EEUU que tiene muchos puntos de contacto con el escenario que vive actualmente Francia.
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[…] I perquè és d’actualitat, et recomano un llibre escrit per qui ara és candidat a la vicepresidència dels EUA, J.D. Vance, “Hillbilly, una elegia rural”. […]