No hay atajos, hay que empezar desde los cimientos, siguiendo lo que dice el Evangelio: «Nadie cose en un vestido viejo un parche de tela sin tratar: la ropa nueva estiraría la vieja y se haría un desgarrón gordo. Y nadie echa vino nuevo en botes viejos, porque el vino reventaría los botes y se estropearían botes y el vino. A vino nuevo, botes nuevos «(Marcos 2,21-22).
Es lo que hay que hacer para lograr una buena respuesta política para la situación en la que ha llegado Cataluña, que presenta unos graves problemas específicos vinculados al callejón del independentismo y haberse transformado en un sistema de vida para unas nuevas élites, una «nueva clase«, que TV-3 muestra tan bien cada día. Pero junto con este escenario, por sí solo bastante grave, está la crisis generalizada de valores y virtudes de las instituciones y la sociedad, que hace -es sólo un ejemplo- que nos mostremos tan incapaces de salir del destructor Vietnam que está resultando la pandemia inacabable.
Hay también una crisis de estado, con una tendencia terrible a alterar el estado de derecho en una especie de dictadura del poder ejecutivo, y una transformación de todas las instituciones de la sociedad, la familia, la paternidad y maternidad, la descendencia, inventando una neolengua, que no sólo designa nombres, sino que prescribe nuevas realidades. El padre y la madre, por citar tan sólo uno de los últimos cambios, dejan de ser tales para pasar a convertirse en progenitores no gestante y gestante.
Lo que sucede, ante un conformismo generalizado, es que se legisla desde los márgenes para transformar a toda la sociedad, no de acuerdo con lo que ella es realmente, sino de acuerdo con los intereses de aquellos márgenes.
Todo esto significa un problema no sólo político, sino antropológico y moral, y su consecuencia es económica y social; cultural también, en el sentido de cuáles son los valores y virtudes compartidos y practicados. Y también sobre la naturaleza del estado, porque un estado pretendidamente liberal no tiene una ideología específica, por eso es liberal, mientras que el actual nos adoctrina desde la escuela, tanto que quiere que los niños prescindan de los padres, y desde su infancia se «descubran» para saber si son hombres -mal- mujeres, cada vez más mal vistas porque son heterosexuales fijadas, o cisgènere, como desee, y vean si son GLBT +
Y la cuestión no es sólo española o catalana. Cada vez más la Unión Europea se convierte en un club de «progres» en el que los estados que abusan económicamente de otros estados, porque son verdaderos paraísos fiscales, caso de los Países Bajos, son los dueños del discurso, porque su discurso es más progre, no porque sea socialmente más justo, sino porque va más de identidades de género, eutanasia y aborto.
Ninguno de los partidos políticos del ámbito catalán reflexiona seriamente sobre todo esto, que se combina además con la incertidumbre económica, climática y el desmoronamiento demográfico. Todos hablan y tratan lo políticamente correcto en un círculo vicioso que hace desprendernos más y más al agujero negro que nos están construyendo. Por ello, hay que empezar de nuevo desde la base, en la que los jóvenes que escapan de las olas de alienación tienen un papel determinante.
¿Que todo esto afrontado muy de golpe es difícil de digerir? ¡Por supuesto! Estoy de acuerdo, pero al mismo tiempo no podemos ignorarlo. Hay que tener claro y ordenar con prudencia, aquella virtud que significa escoger el mejor camino para alcanzar los fines deseados. Pragmatismo no es dedicarse a los detalles menores, sino sacrificar lo secundario para lo que es principal. Y Aquí hay que dejar claro que es lo principal para nosotros.
Pero, pensar en términos de la magnitud del problema no nos hace perder de vista la práctica política, porque el leer no nos hace perder el escribir. Le da testimonio la primera campaña lanzada en la perspectiva de las próximas elecciones en Barcelona.
Una llamada y una campaña en las redes social combinada con cartelera en la calle, código QR incluido, lo señalan claramente. Una llamada a la que, por cierto, te invito a leer el manifiesto y adherirse te.