Que China no se haya pronunciado abiertamente a favor de Rusia después de su invasión a Ucrania no quiere decir que haya aparcado sus aspiraciones de construir un orden mundial sin Estados Unidos y sus aliados occidentales.
De hecho, Moscú y Pekín enviaron una señal particularmente fuerte durante la reciente visita a Tokio del presidente estadounidense Joe Biden con motivo de un encuentro de la “Quad”, un grupo de diálogo en materia de seguridad en la región indo-pacífica formado por Japón, India y Australia, además de Estados Unidos.
Mientras este encuentro tenía lugar, Rusia y China efectuaron maniobras conjuntas de aviones bombarderos nucleares sobre el Mar de Japón. Toda una demostración de con quien puede contar Moscú para hacer frente a Occidente.
Pekín también emplea herramientas diplomáticas más sutiles para oponerse a las iniciativas estadounidenses de defensa y seguridad. La más importante fue desvelada precisamente cuando Biden inició su gira asiática. Se trata de la “ Iniciativa Global de Seguridad ” (IGS), un proyecto que aspira a construir un nuevo orden mundial.
En una presentación por vídeo que el presidente chino Xi Jinping hizo a los demás jefes de gobierno de los BRICS (Brasil, India, Rusia y África del Sur), éste señaló que la IGS busca “ reforzar la confianza política mutua y la cooperación en seguridad … acomodar los intereses centrales y las principales preocupaciones de cada uno, respetar la soberanía, la seguridad y el desarrollo, oponerse al hegemonismo y a la política del poder, rechazar mentalidades de guerra fría, oponerse a la confrontación, y trabajar juntos ppara construir una comunidad global de seguridad para todos”.
Por el momento, la iniciativa china ya ha recibido declaraciones oficiales de apoyo de Uruguay, Nicaragua, Cuba, Pakistán, Indonesia y Siria.
Está por ver hasta qué punto la IGS conseguirá reunir más muestras de apoyo y de qué calidad serán. La guerra de Ucrania hace que esta tarea sea más difícil, ya que numerosos países temen que una mayor aproximación a China en ese momento sea percibida por Estados Unidos como un acercamiento indirecto a Rusia.
El conflicto en Ucrania parece también haber motivado a los dirigentes chinos a acelerar su proyecto de seguridad global
Asimismo, el conflicto en Ucrania parece también haber motivado a los dirigentes chinos a acelerar su proyecto de seguridad global. Durante los últimos meses, Pekín ha multiplicado las acusaciones hacia Estados Unidos como generador de tensiones y conflictos en todo el mundo.
Aunque la filosofía de la IGS refleja la visión tradicional de la política internacional de Pekín, y que se basa en la no interferencia en los asuntos internos de cada país y en la igualdad soberana de todas las naciones, el hecho de que Pekín presente una iniciativa en la que la seguridad es el principal objetivo sí que es una novedad.
Hasta ahora, las principales iniciativas internacionales chinas se habían centrado siempre en el desarrollo económico. La de más alcance y más conocida ha sido la de las Nuevas Rutas de la Seda, presentada por primera vez en 2013.
Con la IGS, China lleva su desafío al orden mundial occidental a un nuevo nivel, introduciendo por primera vez una noción de seguridad.
Habrá que esperar unos años para ver si más países se suman a la visión propuesta por Pekín y si China logra articular una alianza concreta, más allá de declaraciones de intenciones sin consecuencias prácticas.