Parte del titular, el de la cifra de jóvenes que abandonan la escuela, responde a una impactante campaña en la vía pública de la Fundación Jaume Bofill, que tiene la clara intención de presionar al gobierno catalán para que actúe de una forma más eficaz para poner fin al problema del abandono escolar que es singularmente elevado en España y lo es aún más en Cataluña, si bien, digámoslo claro, es un problema que básicamente se concentra en los chicos.
La cifra de finales de 2021, el último dato disponible, señalaba que el abandono escolar en Catalunya estaba en el 14,8%. Es una cifra elevada, como veremos, si bien cabe apuntar la buena noticia que descendió de forma importante en relación con el período anterior que se situaba en el 17,4%.
Se trata de los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 24 años que a lo sumo tenían como titulación máxima la ESO y declaraban que no estaban estudiando.
España se mantiene en un vergonzoso primer puesto de Europa en esta clasificación, y además Cataluña se sitúa por encima de esa magnitud.
Cataluña es la quinta comunidad de España con mayor abandono escolar.
El descenso experimentado es bueno, pero es abiertamente insuficiente porque Cataluña es la quinta comunidad de España con mayor abandono escolar. Sólo está superada por Andalucía, Murcia, Castilla la Mancha y Baleares. Todas las demás vienen por detrás. Madrid, la otra gran competidora económica de España, está 4,1 puntos por debajo con un 10,7%. Y País Vasco con un 4,8% se sitúa en el nivel de excelencia.
Quizás podríamos fijarnos en lo que hacen.
Está claro que cada vez que referimos la cifra al País Vasco podemos pensar con la influencia del concierto, pues digamos que podemos fijarnos en Galicia que tiene una magnitud de abandono escolar de sólo el 8,1% y que ya está situada por debajo del objetivo de la Unión Europea para 2030 que es el 9%.
Pero ese valor medio no expresa la realidad porque la diferencia entre chicos y chicas es muy acentuada.
Las chicas permanecen mucho más tiempo en los estudios por lo que la media para los jóvenes se sitúa en el 19,4% mientras que la de las chicas está en el 9,9%. En otros términos, las chicas ya casi han alcanzado su objetivo para 2030.
Mientras que los chicos están a una distancia de más del doble. Y si contemplamos la clasificación por comunidades autónomas en la que globalmente Cataluña ocupaba en la quinta posición y fijamos la atención sólo en los chicos, nos daremos cuenta de que entonces además subimos un lugar en esta desdichada clasificación y nos situamos en la cuarta posición.
La conclusión es clara:
No se puede resolver el problema del abandono escolar prematuro si no existe una acción específica dirigida a los chicos porque los datos señalan claramente que es en ellos donde está focalizado el problema. Pero, claro, esta constatación no es políticamente correcta porque ya se sabe que las famosas políticas de género sólo consideran los aspectos de la desigualdad cuando éstas tienen como sujeto a las mujeres. Pero jamás la circunstancia en sentido contrario.
Cataluña no puede mantener por más tiempo un indicador de abandono escolar que la sitúe tan lejos de la media europea y del objetivo 2030.
Un país con una baja natalidad, un paro juvenil de los mayores de Europa y un abandono escolar que ocupa la primera posición en el que además hay un déficit de natalidad creciente, no tiene campo de futuro. Y esto la sociedad y el gobierno de Catalunya debería afrontarlo de una vez por todas.
Un país con una baja natalidad, un paro juvenil de los mayores de Europa y un abandono escolar que ocupa la primera posición en el que además hay un déficit de natalidad creciente, no tiene campo de futuro Share on X