En Reino Unido se ha montado un cirio de considerables proporciones con gran relevancia internacional por los retoques, manipulación según otros, que la mujer del príncipe heredero del trono, Guillermo, tomó en una fotografía familiar de ella con sus 3 hijos con motivo del día de la madre.
La tormenta se ha desatado porque en la foto se observan hasta cuatro retoques en mangas, la posición de una cremallera, unas arrugas. Nada particularmente significativo, en el sentido de que no altera lo que la fotografía expresa ni las características de las personas que están presentes. Como ha reconocido Middleton, ella misma hizo Photoshop y, cómo no, el trabajo de una aficionada es muy evidente.
Muchos se han puesto las manos en la cabeza por este asunto y han considerado que afecta gravemente a la corona, su credibilidad y continuidad. Escriben cosas como que es necesaria una «explicación crítica independiente de los hechos y que no se oculte la verdad» y en este estilo llueven los «análisis» de muchos medios de comunicación. Y todo esto a cuenta de haber retocado unas arrugas y la posición de una cremallera. Claro que se puede decir que quien quita una arruga puede hacer ocultaciones mayores, pero claro, no deja de ser una proyección algo bestia porque la categoría moral de este hecho comparado con otros es francamente ridícula.
Contrasta esa exigencia británica, e incluso de medios españoles, con la generosidad como se asume el engaño sistemático y compulsivo que ejerce Pedro Sánchez, no con el Photoshop, sino con grandes cuestiones que afectan a la vida política; es decir, al bien común de este país. Hay 10 grandiosos y nos quedamos sólo con eso, con los que son realmente grandes e incuestionables:
- Prometió que si llegaba al gobierno haría una reforma legal para que éste no pudiera escoger a los magistrados del Tribunal Constitucional. Resultado: ha colocado a su exministro de Justicia, a un antiguo alto cargo de la Moncloa, Laura Díez, y a un exfiscal general del estado que preside el Tribunal, que en su momento fue nombrado por el gobierno.
- Prometió que no colonizaría las instituciones por parte de los partidos políticos, pero hizo fiscal general del estado a su ex ministra de Justicia, Dolores Delgado. Ha hecho de un dirigente del PSOE el dueño del CIS, Tezanos, logrando su descrédito. Ha colocado a un amigo del alma en Correos, y así una larga lista.
- En 2019 afirmó que no indultaría a los presos del procés y en 2021 los indultó. La diferencia radicaba en que cuando hizo la declaración no necesitaba sus votos y en el 2021 sí.
- Afirmó que un político no puede indultar a otros políticos. Pero es el presidente del gobierno que más indultos ha dado incluidos el de Griñán entre otros, por no referirse a los del independentismo que pertenecen a otra categoría.
- Renegó de Bildu, afirmó en el 2017 que no pactaría con Bildu. Pero cuando lo necesitó para gobernar no tuvo reparos.
- Todo el mundo recuerda aquella frase dicha en sede parlamentaria que no podría dormir tranquilo pactando con Podemos. Pero pocas semanas después rectificó e hizo un acuerdo que ha durado hasta julio.
- Sánchez aseguró antes de ser presidente de gobierno que «gobernar por decreto ley es gobernar contra las instituciones«. Pues bien, es el presidente de gobierno que ha batido todos los récords aunque no lleva más tiempo gobernando que Aznar y, no digamos ya, que Felipe González. Ha llegado a superar la cifra de 140 decretos leyes.
- Se comprometió antes de las últimas elecciones del pasado julio a no otorgar la amnistía al independentismo catalán y pasadas las elecciones ya sabemos todos lo que ha hecho.
- Y para hacerlo aún más redondo, cuando JxCat le rechazó la ley, él afirmó que no cambiarían ni una coma para garantizar su constitucionalidad y ahora unos 40 días después resulta que ha hecho importantes modificaciones relacionadas con el terrorismo y la malversación.
- Y por decir una a nivel internacional, en el 2018 se comprometió a no reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental, lo que sí hizo en el 2022.
Tener un presidente de gobierno de estas características morales dice muy poco en favor de la condición moral de la propia sociedad española, y ya no digamos de sus seguidores y de los medios de comunicación, porque si hay algo que es condición necesaria para la vida pública es excluir el engaño. Aceptamos que en alguna ocasión excepcional pueda producirse, pero en el caso de Sánchez es norma. Él se defiende diciendo que no ha mentido, sino que ha rectificado.
La cuestión es otra. Ha engañado, es decir, ha intentado deliberadamente ocultar o manipular la información, los hechos, a fin de hacer creer algo que después él mismo aplicaba en sentido opuesto. Utilizaba la falsedad como forma de ganar y de ese modo esquivaba el compromiso, que es otra condición básica para la calidad de un gobierno. Sin veracidad ni compromiso es imposible que la gobernanza sea buena y eso es lo que se acepta hoy en día en España, al tiempo que unos se rasgan los vestidos por el Photoshop de Kate Middleton.