Converses comentaba recientemente las declaraciones del ministro de defensa de Alemania, Boris Pistorius, según las cuales Europa debía prepararse para una guerra en defensa de su propia seguridad. Nuestra conclusión fue que a pesar de la pertinente reflexión de Pistorius, Europa no estaba preparada para hacer frente a un conflicto bélico.
Pues bien, a escasos días de estas declaraciones se han producido dos hechos muy importantes que refuerzan esta tesis de una Europa totalmente incapaz de asumir su propia seguridad.
El primero es la publicación por el comandante de las fuerzas armadas ucranianas Valeri Zaluzhni de un informe que reconoce el fracaso de su ofensiva de primavera, que la guerra se ha estancado y que Ucrania debe hacer frente a un contrincante ruso cada vez mejor preparado y equipado.
Según varios analistas, Zaluzhni ha decidido hacer público este documento como una forma de hacer sonar la alarma y dejar claro tanto a los ucranianos como a los aliados occidentales del país que el conflicto bélico con Rusia está muy lejos de terminar, al menos si la vía escogida sigue siendo la de las armas.
Peor aún, Zaluzhni parece indicar que Ucrania no sólo no dispone de los medios para recuperar la iniciativa sobre el campo de batalla, sino que debe hacer frente a un ejército ruso que se está adaptando cada vez mejor para contrarrestar la superioridad tecnológica occidental.
Como Converses también apuntó recientemente, el peligro de que la actual guerra de desgaste favorezca más a Rusia que a Ucrania a medio y largo plazo es muy real por un conjunto de factores económicos, sociales y demográficos.
Es precisamente en este sentido, y particularmente en el de las carencias industriales, donde puede situarse el segundo hecho marcando que apuntábamos al principio.
El pasado mes de marzo, los socios europeos dieron luz verde a un acuerdo de 2.000 millones de euros para suministrar municiones de artillería a Ucrania. La mitad de esta suma debía servir para adquirir municiones actualmente en las reservas de los países miembro de la UE que firmaron el documento, mientras que la otra se destinaría a la compra de lotes nuevos que, por tanto, todavía debían fabricar.
El anuncio generó bastante publicidad ya que se presentaba como una de las primeras iniciativas verdaderamente europeas en materia de industria de defensa. Sin embargo, seis meses después los resultados preliminares resultan profundamente decepcionantes –e inquietantes- porque dejan de nuevo en evidencia la falta de preparación de los países europeos para asumir su propia seguridad.
El diario Politico ha revelado una gran preocupación entre los responsables diplomáticos porque la Unión Europea está siendo incapaz de cumplir sus promesas. Del millón de obuses a suministrar a Ucrania en un plazo de 12 meses tan sólo se han entregado 300.000. Parece pues imposible poder enviar los 700.000 restantes antes de que el plazo acabe el próximo marzo.
Según los funcionarios consultados por Politico, la fuente del problema es clara: la incapacidad industrial del Viejo Continente.
Por otra parte, la UE tampoco está avanzando en la aprobación de un nuevo paquete de ayuda a Ucrania valorado en 20.000 millones de euros en los próximos cuatro años y que sería financiado vía un instrumento de política extranjera independiente llamado “Fondo Europeo de Apoyo a la Paz”.
Los países europeos no se ponen de acuerdo sobre cómo financiar los nuevos paquetes destinados a Ucrania, empezando por si es necesario reembolsar a los países que entreguen armas al contado o bien implementar un modelo de financiación anual.
Las carencias industriales de los países de la Unión Europea son extremadamente preocupantes y dejan en evidencia su incapacidad para defenderse Share on X
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