La esperanza de vida es un indicador fundamental para expresar las mejores condiciones de vida de un país y se da diferenciando a hombres y mujeres, ya que las expectativas de estas segundas son a todos los efectos mucho mejor que las de los hombres. Hasta aquí, nada nuevo.
Pero hay otro tipo de análisis que se practica menos, que es observar el mayor o menor equilibrio que existe en esta diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres por países porque aquí la variación es muy grande.
Si contemplamos sólo a las mujeres, los mejores países son Japón (87,5 años), España (86,0), Corea (85,7), Francia (85,4) e Italia (85,4), junto con Suiza con la misma esperanza de vida.
Ahora bien, si analizamos a los hombres el primer puesto lo ocupa Suiza con 81,6 años, Japón (81,3), Australia (81,2), Islandia (81,2), Italia (81,0) e Israel 81.0. España está por debajo de esos países. Concretamente, viene precedido por Suecia (80,7) y nuestro país (80,6). Por tanto, los mejores países para los hombres son Suiza, Australia, Italia, Suecia e Israel, y los peores son Corea, Francia, Portugal, Finlandia, Grecia y España.
Considerando la relación de la esperanza de vida entre hombres y mujeres y la posición relativa de cada país, hay dos muy equilibrados. Son Japón e Italia, donde tanto hombres como mujeres destacan en su ranking mundial porque viven muchos años. En contrapartida, hay otros países en los que a pesar de mantener la preeminencia de un número superior de años por parte de la mujer, los hombres alcanzan una cota de edad comparativamente alta y son aquellos que hemos calificado de mejores.
En contrapartida hay otros países en los que el desequilibrio favorable a la mujer es muy grande. Y no resulta explicable sólo por la regla estadística general de que ellas viven más que ellos. Entre estos países se encuentra España. No deja de ser curioso para el país de Europa que más destaca por sus agresivas políticas de género desfavorables a los hombres porque el legislador ha considerado que éste gozaba de una situación de privilegio por ser hombre, oprimía a las mujeres por el hecho de ser mujer, la norma jurídica paradigmática de este enfoque es la ley contra la violencia de género, y uno de los que presenta una peor relación de calidad de vida expresada en un indicador tan esencial como los años que puede aspirar a vivir.
Hay aquí una contradicción importante en la que falla alguna parte del razonamiento, y como la parte que corresponde al dato estadístico es por su propia naturaleza inapelable, parece lógico considerar que lo que falla es esa idea legalmente generalizada de que la situación de la mujer en España es claramente peor que la del hombre. Por lo menos en lo que cuenta para la mayoría de la gente, que es la vida, parece que la razón está invertida.
También llama la atención que en los mejores países para las mujeres destaquen un número sustancial, que evidentemente no están en el ranking de mejores países, desde la perspectiva feminista. Se trata de Japón (1º), Corea (3º), Italia (5º), Suiza (6º), Portugal (8º) y Grecia (10º).