No es una pregunta retórica, porque es la que llevan días haciéndose trabajadores, autónomos y pequeños empresarios. Estamos a 28 de abril; desde el 16 de marzo que se aplicaron los ERTO, los afectados no han cobrado ni un euro. ¿De qué se presupone que viven ellos y sus familias? Si la promesa gubernamental se cumple, percibirán el primer ingreso el 10 de mayo, casi dos meses después. Medio centenar de días viviendo del aire. Y ni tan siquiera saben si percibirán todo el retraso, o solo una primera mensualidad. Y el tema no es menor no solo para ellos, sino como composición de lugar de dónde estamos y hacia dónde vamos.
En España en estos momentos hay 19 millones de personas que dependen directamente de los presupuestos del estado: trabajadores ERTO, en paro, renta mínima, jubilados y funcionarios, y todo ello con una economía en gran medida parada, sobre todo en los servicios. Pero es que ahí está la clave de la cuestión.
Ahora que están de moda los Pactos de la Moncloa, vale la pena recordar que en la actualidad hay una tercera parte de ocupados que antes en la agricultura (2,53 millones contra menos de 800.000), 700.000 menos en la industria (3,48 millones por 2,76), prácticamente la misma cifra en la construcción (1,28 millones). La gran diferencia está en el terciario, que se ha triplicado de 5,28 millones a 15,12 millones. Y este sector es el que en gran medida no funciona. Y no solo eso. En buena medida tardará en aparecer y será mas pequeño, caso del turismo, hostelería y servicios conexos, o el comercio local, que verá cómo se habrá acentuado hasta límites que hacen imposible su subsistencia, su sustitución por el comercio digital. Colau quiere cargarse los coches, así en general, aprovechando la ocasión. Amazon se carga la tienda de barrio: ¿cómo daremos consistencia a las ciudades que son la base de nuestra economía? ¿Con bicicletas? Nuestros gobernantes van a su bola, el problema es que no rueda a favor nuestro.
Pero, es que además, los empresarios lo tienen difícil. Se anunció la liquidez, que en España y a diferencia de los grandes países de Europa, incluida Italia, se basa en el endeudamiento del empresario, más que en la inyección de dinero fresco. Pero es que además este dinero no llega. Son los “ICO” en argot, por el Instituto de Crédito Oficial, que es el canal de financiación por donde se vehicula este crédito con el aval del 80% del estado. También en este caso lo anunciado no se cumple, y de esta manera la máquina de producir se ralentiza más y más, con un agravante, que parte de las empresas que con un socorro pronto y decidido, tendrían continuidad, en estas condiciones van a desaparecer.
El gobierno debe explicar qué ocurre, debe dar certezas, para esto está, en lugar de tanto discurso. Las comparecencias de Sánchez no han aclarado nada de la difícil situación económica, y es urgente que lo haga, porque la economía del país, y esto quiere decir personas, se está cayendo a trozos.
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