Ciertamente, la riqueza de país, de este país, en sus diferentes formas está subordinada al interés general, siempre dentro del marco de la ley y con las debidas garantías.
No se trata de aprovechar la Constitución y el estado de alarma para cambiar los fundamentos de la economía social de mercado, como parece pretender Iglesias, sino de acudir a todos los recursos posibles para cubrir las urgencias de la crisis sanitaria y preparar la recuperación económica.
Desgraciadamente, cada día perdido en movilizar estos recursos impide fundamentar las bases de esta recuperación, que será la gran tarea nacional de los próximos meses.