Una reciente encuesta de Òmnium Cultural con una muestra de 900 personas, 600 de entre 18 y 34 años y 300 de mayores de 34, ha movido un cierto revuelo al constatar que los jóvenes son mucho menos independentistas que la gente mayor.
Sin embargo, lo que ahora quisiéramos subrayar es otro aspecto de la encuesta, que nos sitúa en la misma onda del gran cambio reciente que se está produciendo en el mundo occidental. Los jóvenes y jóvenes adultos se sitúan más a la derecha que sus equivalentes femeninas en edad. En una escala de 1 a 10, donde 10 es el máximo de derechas y 1 el máximo de izquierdas, los jóvenes se sitúan en la posición 4,7, mientras que las chicas lo hacen en el 3,6, más de un punto de diferencia, que es una distancia muy notable. Sin embargo, es que además, en las cuestiones clave divisivas los muchachos se manifiestan más conservadores y tradicionales, son más contrarios al feminismo, al aborto, cuestionan menos el cambio climático y perciben, en grado más bajo, la derecha alternativa como una amenaza. Esta creciente polarización de posiciones políticas de carácter general y en cuestiones vitales entre hombres y mujeres jóvenes es una tendencia generalizada. Las mujeres se sitúan más a la izquierda, pertenecen más a las ideas del establishment progresista y son más feministas. Los jóvenes avanzan en posiciones conservadoras y religiosas.
Se considera que este fenómeno ha tenido un impulso creciente en la última década y se debe a la presión extraordinaria política y sobre la opinión pública de los movimientos feministas de género, cada vez más reivindicativos y radicalizados.
El Centro de Investigaciones Sociológicas, CIS, constató también esta tendencia para España. Las mujeres son más propensas (30%) a identificarse con la izquierda que los varones jóvenes (17%) y son mucho más favorables al aborto (80%) que los varones (60%).
Unos resultados equivalentes presenta el estudio del Pew Research Center en EE.UU. Las mujeres tienen posiciones más progresistas en todos los ámbitos, desde el matrimonio homosexual al control de armas, entre otros. Volviendo al caso español, las mujeres ven como un problema social muy grave en mayor proporción la violencia de género.
Resultados similares se obtienen en otros países de Europa occidental y también en Canadá y en Corea del Sur, que es un país asiático pero muy occidentalizado.
En EE.UU. después de mucho tiempo donde la posición entre simpatizantes del partido demócrata y del partido republicano se repartían en proporciones muy parecidas entre hombres y mujeres, ahora las mujeres de 18 a 30 años, son 30 puntos porcentuales más progresistas que sus equivalentes masculinos. En Alemania también se da una diferencia de 30 pp entre los jóvenes de ambos sexos. Mientras que en Reino Unido la distancia es de 25 pp, siempre las mujeres mucho más a la izquierda que los hombres. En Corea la situación es muy extrema, hasta el punto de que los sociólogos referidos a este grupo de población joven hablan de un país dividido en dos, y creen que podría ser una de las causas por las que el matrimonio ha caído en picado, así como la natalidad.
La situación en España manifiesta unas características similares. A partir de los barómetros del CIS se puede constatar que si la media española de posicionamiento político entre el 1 (más a la izquierda) y 10 (más a la derecha) es de 4,77, entre los chicos se sitúa en el 5 ,15 mientras que en las chicas lo hace en el 4,20, también casi un punto de diferencia.
Como hemos visto en EE.UU. esta discrepancia es bastante nueva. Una década atrás no existía, y la diferencia desde los 18 años en adelante entre hombres y mujeres era poco significativa y oscilante. A medida que la edad avanzaba, la gente se hacía más de derechas, pero el parecido entre el posicionamiento hombre y mujer se mantenía. Ahora, esto ha cambiado radicalmente y la gráfica que señala el posicionamiento entre hombres y mujeres muestra una distancia extraordinaria. A partir de los 18 años, que se hace máxima, en torno a los 25 se mantiene hasta llegar a los 33, donde vuelve a darse la semejanza de posiciones, si bien siempre las mujeres un poquito más a la izquierda, hasta los 66 años, que es cuando se invierten los términos y esa misma mujer pasa a posicionarse más a la derecha.
Otros estudios realizados en Reino Unido referidos a las mujeres señalan, sin embargo, que parece que esta posición no es estable en el tiempo y que, a medida que crecen, también evolucionan hacia la derecha. Pero ésta es una hipótesis difícil de contrastar dado que el fenómeno tiene poco menos de una década a sus espaldas y no hay perspectiva suficiente.
En cualquier caso, lo que es evidente es que en nuestra sociedad se ha producido de la mano del feminismo de género, un nuevo motivo de polarización que en este caso afecta al núcleo fundamental de la sociedad, el matrimonio y la descendencia, porque incide en las relaciones entre hombres y mujeres.