La preocupación mundial por la expansión del Coronavirus plantea también preguntas sobre las formas de la vida humana que favorecen la aparición de nuevas enfermedades.
Se ha escrito mucho sobre la fulminante propagación del virus, pero todavía no hay seguridad sobre su origen. Ya sea un animal salvaje como el pangolín, o una colonia de murciélagos, que ya ha sido desmentido.
Pero también son importantes las condiciones en que se desarrolla la vida de los seres humanos en los grandes núcleos urbanos, al tiempo que las zonas rurales se van quedando vacías.
Hay que estudiar las conexiones entre las nuevas pandemias y fenómenos como el deterioro de algunos hábitats humanos, la deforestación y la contaminación ambiental, que hacen nuestro mundo más vulnerable.