El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor de nosotros

El amor, la bondad y todas sus formas, no ocupan titulares en los periódicos. El mal parece tener más audiencia que el bien, especialmente cuando se presenta de forma escabrosa y sensacionalista. Desde el punto de vista informativo, parece que el mal seduce más que el bien. Cabe preguntarse, por qué si el bien nos beneficia y el mal nos perjudica? Sencillamente, porque este mal que se nos presenta en los periódicos, no nos ataca a nosotros sino a personas desconocidas, y nosotros hacemos de espectadores pasivos de estas barbaridades, y hacemos de la barbarie un entretenimiento.

Pero debemos pensar, que hacer espectáculo del mal ajeno, es una actitud profundamente inhumana. Pero he a quien que cuando el mal ronda cerca de nosotros, la situación cambia.

Un virus ha puesto el «all» en el corazón de la humanidad entera. La gente escucha informaciones, para saber cómo evoluciona la pandemia. El mal ha sido de tal magnitud, que probablemente cambiará nuestra manera de vivir. Ahora que cualquiera de nosotros puede recibir la visita del virus, sentimos respeto y admiración por el mundo de la sanidad, y aplaudimos diariamente el comportamiento heroico del personal sanitario, que para salvar vidas pone en riesgo sus. de repente vemos las cosas de otra manera.

Lo que antes acaparaba todas las miradas, como las novedades futbolísticas, la prensa rosa, o el último asesinato de violencia machista, ahora deja paso a algo mucho más humano. El seguimiento de la pandemia, que es signo de despertar la valoración de la vida y de la salud. Y vemos con admiración la abnegación y esfuerzo que hay en los hospitales.

Las grandes esperanzas de la humanidad se van haciendo realidad. La solidaridad toma formas muy diversas. Comienza en el ámbito más cercano, con la familia, el vecindario, el círculo de amigos y conocidos. La situación de confinamiento ha generado desempleo y problemas económicos, que han obligado a compartir bienes. Es una situación que puede parecer trágica, pero es especialmente educativa, porque nos invita a la austeridad y al consumo responsable, y nos enseña a abandonar rutinas y abrir nuevas expectativas.

Tener el coraje de transformar actividades y aprender a vivir mejor, con menos recursos. Y creer firmemente como dijo Albert Einstein en su fila en una carta, que la más invisible y poderosa de todas las fuerzas, la fuerza más universal con capacidad para cambiarlo todo, es el amor. El amor es luz, porque ilumina nuestras vidas. El amor es gravedad, porque nos acerca unos a otros. El amor es potencia, porque multiplica el mejor de nosotros. En definitiva: el amor es la única fuerza que puede cambiar el mundo.

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