Dos años de gobierno Sánchez: ¿vivimos mejor?

Pedro Sánchez ha celebrado, con el tono satisfecho que le es natural, los dos años de gobierno de su nueva legislatura. Un aniversario insólito en Europa: es el único gobierno que ha estado tres años consecutivos sin aprobar un presupuesto. Ningún país europeo mantiene un ejecutivo en esta situación, porque sin presupuesto no se gobierna, se vegeta. En todas partes, esto fuerza o bien acuerdos o elecciones. Aquí, en cambio, se vende como mérito de resistencia.

Pero la pregunta central es de una simplicidad devastadora:  ¿vivimos mejor que hace dos años? La respuesta lleva a un examen incómodo que el gobierno evita con constancia. Sánchez siempre se presenta como un hombre nuevo, sin pasado, como si en los siete años anteriores de gobierno no fueran responsabilidad suya. Todo lo que no funciona es culpa «de los de antes», que paradójicamente siempre es él mismo. Como en el caso de la vivienda, una crisis vital incubada a lo largo de todo su mandato.

El caso de la vivienda es el más escandaloso. Cuando llegó a la Moncloa, la vivienda era una preocupación ciudadana importante, pero no un problema estructural. Siete años después, es una emergencia social. El alquiler ha subido más del 40% de media en este período en las grandes ciudades; en zonas como Barcelona y Madrid, hasta el 60%, según datos de Idealista. El precio de compra ha vuelto a niveles de burbuja, con incrementos del 30% en cinco años. El resultado es que cientos de miles de jóvenes viven atrapados entre salarios bajos y precios imposibles. El gobierno prometía 183.000 viviendas públicas; ha ejecutado menos del 10%. El resto es propaganda.

Sánchez celebra también el crecimiento del PIB por encima de la media europea. Pero el PIB es un espejismo cuando no se traduce en bienestar. Lo que importa es la renta per cápita, y aquí la fotografía es devastadora: España es uno de los pocos países que no ha recuperado todavía el nivel previo a 2008. De hecho, según Eurostat, ha caído en el 17º puesto de la UE, por detrás de Estonia, Lituania y la República Checa. En 2023, la renta per cápita española creció un modesto 1,1%, mientras que en Polonia lo hacía a ritmo del 4% y los salarios crecían casi el doble que en España.

Polonia es un caso especialmente ilustrativo:

— Renta per cápita creciente.
— Sectores productivos dinámicos.
— Salarios al alza.
— Baja inmigración (mayoritariamente ucraniana).
—Mejores resultados educativos (PISA la sitúa 80 puntos por encima de España).
— Gasto eficiente, incluyendo la reciente medida: exención total de IRPF para familias con tres hijos.

Mientras Polonia refuerza la familia y la productividad, aquí aprobamos decretos sin presupuesto y convertimos cada crisis en un mitin.

El gobierno saca pecho del «gran crecimiento del empleo». Cierto: hay más afiliados en la Seguridad Social. Pero lo que no dice es que el paro sigue en dos dígitos. Somos el peor país de toda la OCDE en porcentaje de parados: 11,7%, el doble de la media europea. Y el paro juvenil supera el 28%. La creación de empleo es, sobre todo, de hostelería y servicios de baja calificación, trabajos que no elevan la productividad y que, además, actúan como imán de inmigración poco calificada. Con ello, los salarios no suben, la precariedad se mantiene y la bolsa de excluidos laborales se cronifica. Pero el gobierno presenta las cifras como victoria histórica.

¿Qué decir de la inflación?

La inflación acumulada desde 2021 supera el 12%. La inflación de alimentos, aún más feroz: según el INE, en solo un año, los huevos han subido 22,5%, el café 19%, el chocolate 16%, la carne de ovino 7,7%, y la fruta fresca más de un 6%. Todos estos incrementos, sumados al IVA, han golpeado con violencia a los salarios reales. El salario más frecuente en España es de 21.000 euros anuales, y la clase media baja se encuentra hoy en la situación más precaria desde la crisis de 2008.

La productividad, clave para aumentar salarios, permanece estancada desde hace una década. Pero Sánchez raramente habla de ello: productividad no es un concepto útil para hacer tuits.

Què dir de la inflació?

¿Vivimos mejor con Sánchez? Los datos, tozudos, dicen que no.

— Sin presupuestos.
— Con la peor tasa de paro de Europa.
— Con la inflación más corrosiva en décadas.
— Con la vivienda convertida en un lujo.
— Con salarios que pierden poder adquisitivo.
— Con una administración que confunde gobernar con resistir.

El futuro no pinta mejor. La economía española no es vista en Europa como uno de los motores del continente, pese a ser el cuarto país por población. Sin reformas reales, sin presupuesto y con un estilo de gobierno basado en la ocultación y el relato, solo existe una garantía: si este modelo continúa, viviremos peor. Y cada año que pasa sin presupuesto ni política sólida es un año perdido que pagará sobre todo la generación que ya no puede acceder a una vivienda y que compra huevos un 22% más caros.

Si esto es “progreso”, cuesta imaginar qué sería el declive.

Cada año que pasa sin presupuesto ni política sólida es un año perdido que pagará sobre todo la generación que ya no puede acceder a una vivienda y que compra huevos un 22% más caros Compartir en X

Si es confirma que 2026 serà el tercer any sense pressupostos, creus que Sánchez té l'obligació de convocar eleccions?

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