Diagnóstico político de la sociedad catalana según las encuestas de opinión política (I)

A partir de los datos del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat Barómetro de Opinión Política, primera 2025 de marzo y complementándolo con otras fuentes recientes, se presenta un diagnóstico integrado de la sociedad catalana.

Se examinan los grupos mayoritarios según edad, ideología, identidad nacional, territorio, lengua y práctica religiosa, poniendo especial atención en los jóvenes y votantes del área central (Barcelona y su entorno metropolitano). Asimismo, se identifican los temas y enfoques con mayor potencial de éxito electoral diferenciando entre votantes de izquierda, de derecha y según el eje nacional (catalanismo-españolismo, incluyendo autonomistas e independentistas moderados).

Por último, se plantean hipótesis razonadas sobre dos cuestiones destacadas: las causas de la baja valoración de la Iglesia católica en Cataluña y por qué el electorado catalán se decanta tanto hacia la izquierda.

Perfil de los grupos mayoritarios en Cataluña

Distribución por edad y el protagonismo de la juventud

Cataluña tiene una población envejecida, aunque los jóvenes (menores de 35 años) siguen siendo un segmento importante. En los estudios del CEO, los milenios y la Generación Z representan aproximadamente un 20-25% de la muestra electoral. Este grupo juvenil se caracteriza por actitudes más secularizadas y cosmopolitas que sus mayores.

Por ejemplo, solo alrededor del 33-39% de los jóvenes se consideran religiosos, frente a casi el 47% de los mayores de 65 años (CEO. Encuesta sobre valores en Cataluña. 2023. Tablas estadísticas). Asimismo, los jóvenes catalanes tienden a ser más progresistas en valores sociales (como derechos LGTBI+, igualdad de género, ecologismo) y a participar menos frecuentemente en prácticas tradicionales como la asistencia a oficios religiosos (más del 60% de los menores de 35 “nunca o casi nunca” van a misa o al templo, un porcentaje significativamente mayor que en cohortes de mayor edad).  

Pero ese diagnóstico sobre el grupo de 18-35 años no revela una excepción muy importante que se produce en los chicos más jóvenes; hasta los 25 años:

Aunque la tendencia general de los jóvenes en Cataluña suele señalar actitudes progresistas, los datos desagregados indican que en el subgrupo de 18-25 años pueden apreciarse diferencias marcadas entre hombres y mujeres.  

Concretamente, varios análisis de la “Encuesta sobre valores en Cataluña” (CEO, 2023) y estudios complementarios sugieren que:
  • Las mujeres jóvenes (18-25 años) mantienen, de forma consistente, posiciones propias de la progresía en cuestiones sociales y culturales, reforzando la tendencia general del grupo.
  • Los hombres jóvenes (18-25 años), en cambio, muestran en ciertos ámbitos -especialmente en actitudes relacionadas con la identidad, las preferencias políticas, la práctica religiosa y algunos aspectos de orden y tradición- una inclinación hacia posturas más conservadoras en comparación con generaciones anteriores.

Esto implica que la generalización que señala “los jóvenes catalanes” como uniformemente progresistas es una visión simplificada: la realidad muestra una heterogeneidad interna, donde la diferencia, según sea su sexo, hombres o mujeres, es significativa. En el análisis global debe matizarse que la progresía está especialmente marcada en las mujeres jóvenes, mientras que los hombres del mismo grupo presentan, en algunos indicadores, un giro hacia la derecha en ciertos temas.

En cuanto a actitudes políticas, los jóvenes han mostrado en recientes encuestas una relativamente mayor simpatía hacia el independentismo en comparación con sus padres, aunque la diferencia generacional se ha atenuado últimamente.

Tras el ciclo del Procés (2012-2017), el apoyo a la secesión subió entre los más jóvenes, pero desde 2019 se observa cierto descenso en todos los grupos de edad a medida que las prioridades se desplazan hacia problemas más cotidianos. Aun así, la franja de 18-34 años mantiene un apoyo considerable a opciones soberanistas, a la vez que expresa una fuerte insatisfacción con la política en general.  

Los jóvenes también sufren especialmente problemas materiales como el acceso a la vivienda y la ocupación precaria, lo que influye en sus preocupaciones políticas actuales. De hecho, la vivienda ha emergido como el principal problema para el 36% de los catalanes entre 25 y 34 años, muy por encima de otras cuestiones (Encuesta CEO: La vivienda se convierte en el primer problema de los catalanes y el no a la independencia de Cataluña bate récords). 

Ideología política predominante

Uno de los rasgos más distintivos de la sociedad catalana es su marcada inclinación ideológica hacia la izquierda. Los datos lo muestran consistentemente: más de la mitad de los catalanes se sitúan en posiciones de izquierda o centroizquierda, mientras que una minoría muy reducida se identifica abiertamente con la derecha.  

Por ejemplo, en un estudio demoscópico del CEO, un 59% de catalanes se definía de izquierdas (incluyendo centroizquierda) y casi un 10% se situaba a la derecha o centroderecha, quedando el resto en el centro (El 59% de catalanes dice ser de izquierdas y el 39% se siente español y catalán).  

Otra forma de verlo es mediante la escala 0-10: ampliando las categorías, un análisis de 2017 mostró que el 50,2% de los catalanes se coloca entre 0 y 4 (izquierda hasta el centroizquierda), contra solo un 11% que se coloca del 6 al 10 (centroderecha a derecha)

Esta distribución contrasta con la media española, donde aproximadamente un 22,5% de la población se sitúa a la derecha –el doble que en Cataluña– y el peso de la izquierda es menor (38,6% en el conjunto de España). Es decir, Cataluña exhibe un perfil ideológico netamente desplazado hacia la izquierda, más que la media estatal, en unos 30 puntos porcentuales de diferencia a favor de la izquierda. 

Las implicaciones de este “proceso de izquierdización” (Cataluña, ‘paraíso socialista’: el apoyo a la izquierda es un 30% superior al resto de España – Libre Mercado) son claras: los valores progresistas (defensa de los servicios públicos, estado del bienestar, igualdad social, ambientalismo, etc.) gozan de una amplia aceptación social, conservan una amplia aceptación social. Incluso muchos votantes catalanes de centro o de corte liberal tienden a evitar la etiqueta de “derecha”.

En consecuencia, el espectro político catalán se ha movido en torno a debates entre diferentes tonalidades de izquierda y centro, más que entre derecha e izquierda en el sentido clásico. Solo en años recientes han aparecido partidos de derecha más visibles (como Vox a nivel españolista o fuerzas independentistas más conservadoras como Junts cada vez más en evolución en este sentido, y sobre todo Aliança Catalana), pero siguen siendo minoritarios en comparación con la hegemonía de izquierdas.  

Una anotación más. En Cataluña la utilización del marco de referencia habitual, derecha-izquierda, progresía conservadurismo, ya beneficia a los primeros y no recoge del todo bien la caracterización política de la sociedad catalana. Otras variables como estatistas-liberales-comunitarios, vida y familia-aborto, feminismo o las posiciones en torno a la emigración definen mejor la caracterización política donde la cuestión del modo de vida ha suplido la del modo de producción característico de la izquierda en el siglo XIX y XX.

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