Sobre la primera ola de la pandemia la OCDE ya publicó un análisis de la situación de los países considerando el número de muertos y la caída del PIB. Ya en este periodo, España se presentaba como uno de los peores países. Ocupaba el segundo lugar en número de muertes, con 620 por cada millón de habitantes hasta el mes de agosto, una cifra sólo superada por Bélgica con 852 muertes por millón de habitantes, y similar a la del Reino Unido, de 610 muertos, y claramente por encima de la italiana de 587 muertos.
Hay que constatar, sin embargo, que en el caso de Bélgica contaban todas las defunciones en las que se presuponía que la causa había sido la Covid-19, sin necesidad de haber realizado un test de prueba, mientras que en España se minimiza el impacto porque sólo se consideran los muertos a los que se les ha podido hacer una PCR. Ateniéndonos a la cifra de aumento de la mortalidad dada por el INE, las diferencias entre España y Bélgica desaparecían en contra nuestra.
Ahora en la segunda ola, la Bloomberg y la Universidad John Hopkins, centro de referencia en cuanto a los estudios médicos, han hecho un segundo análisis que integra la situación en esta nueva fase. Una vez más España se sitúa como una de las peores, sólo superada por Argentina, con una caída del PIB del -13%. Pero en número de muertes por millón de habitantes, 920 muertes por millón de habitantes por parte de Argentina, y de 1.049 muertes por España. En este caso sólo se ve superada por Italia. España, con una caída del PIB de 11,7%, es también la segunda en pérdida de capacidad productiva.
De hecho, hay un paquete de 4 países que todos ellos se sitúan por encima del 11% de la caída de PIB y por encima de los 900 muertos, que son, además de España y Argentina, México y el Reino Unido. Hay otros países que superan también esta magnitud de muertes, como la mencionada Italia, Francia (921 muertos) y EEUU (942 muertos). Pero la sus caídas del PIB son mucho menores del 5,7% en Francia, del 4,9% en EEUU y del 6,5% para Italia.
Estas diferencias tienen más de una causa. En unos casos se da una correlación clara entre mayor mortalidad y mayor caída del PIB, en otros no, como es el caso italiano. Muchos muertos y una reducción del PIB relativamente moderada, o si llevamos la perspectiva a un ámbito más global encontraremos el sorprendente caso australiano con sólo 36 muertes por millón de habitante, pero una reducción del PIB del 8%. Evidentemente hay causas fruto de la propia estructura económica y demográfica del país, pero es innegable que el acierto o desacierto de los respectivos gobiernos es un factor decisivo. No hay duda de que México y Argentina lo han hecho francamente mal, y también es evidente que su sistema sanitario es débil. También es claro que el Reino Unido se equivocó desde el principio y ha ido pagando este error al no ponerse seriamente el abordaje de la pandemia. En este contexto, es ridículo pensar que el Gobierno no tiene ningún tipo de responsabilidad en la trágica cifra de víctimas y descenso de bienestar económico del país.
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