Para muchas personas que no viven ni en el rico Occidente ni en el pujante Extremo Oriente, la epidemia de Covid-19 ha sido la última de sus preocupaciones estos últimos meses.
En efecto, el virus no ha impedido que este año se alcance la cifra récord de 82,4 millones de desplazados. Según las cifras de las Naciones Unidos, se trata del doble de hace 10 años.
Según constata la ONU, el número de personas que han buscado refugio por causa de conflicto en un país extranjero, de desplazados internos y de demandantes de asilo ha aumentado un 4% en 2020, el año del Covid.
Puede ser chocante que el alza haya proseguido mientras numerosos países del mundo han cerrado sus fronteras e impuesto toques de queda. Pero las cifras demuestran que el nuevo coronavirus no es ni de lejos la principal preocupación para millones de personas.
La ONU recoge que actualmente el 1% de la población mundial se encuentra desplazada por causas ajenas a su voluntad.
El incremento de la cifra total de desplazados en 2020 se debe especialmente a las personas que han buscado refugio en otras partes de su propio país, los llamados desplazados internos.
Los países que más desplazados de este tipo han generado el último año son Etiopía, Sudan, los países del Sahel, Mozambique, Yemen, Afganistán y Colombia.
Las cifras del informe de las Naciones Unidas también revelan que conflictos abiertos desde hace años no consiguen cerrarse, lo que añade otra dificultad para que las cifras de desplazados bajen.
Se trata por ejemplo de Siria, país asolado por la guerra civil que comenzó hace ya diez años, en 2011. Actualmente hay todavía 6,7 millones de refugiados sirios.
La pandemia no ha ayudado a que los desplazados vuelvan a sus hogares. De hecho, en 2020, solo 2,3 millones de desplazados internos y poco más de 250.000 refugiados pudieron volver a casa.
Los conflictos actuales tienen tendencia a perdurar en el tiempo sin resolverse
Estas cifras hacen evidente que los conflictos actuales tienen tendencia a perdurar en el tiempo sin resolverse.
Un hecho particularmente inquietante ya que genera una situación de precariedad constante para millones de personas, pero también tensiones en los países que las acogen.
Así, por séptimo año consecutivo Turquía es el país que mantiene en su territorio al mayor numero de refugiados: 3,7 millones de personas, en su mayoría sirios. Para el gobierno islamista turco, son sobre todo moneda de cambio para conseguir fondos de la Unión Europea.
Gobiernos e instancias internacionales se muestran incapaces de revertir la tendencia de conflictos que se eternizan en el tiempo.
Ejemplos de esta tendencia se encuentran en Somalia y Afganistán (sumidas en el caos desde los años 90), Libia y Siria (desde 2011), la región del Sahel (desde aproximadamente 2010) o Venezuela (desde 2015).
Sin capacidad para resolver los conflictos, año tras año las condiciones de vida se degradan para un número cada vez mayor de personas.