Aún hoy, sorprendentemente, existen dudas sobre la fundación de CDC, aunque no es algo tan lejano en el pasado. Muchos de sus fundadores siguen vivos y activos, y por la relevancia política de la formación -el partido catalán más importante del último cuarto del siglo XX-, que fue clave en la construcción de la autonomía tal y como la conocemos. El interrogante ha resurgido justamente ahora, coincidiendo con el cincuentenario de su fundación, algo que incluso algunas de las personas presentes en sus inicios niegan. No es el caso, sin embargo, de Jordi Pujol y Miquel Roca.
Efectivamente, CDC nació el 16 de noviembre de 1974 en Montserrat, en un encuentro clandestino y bastante numeroso. Sin llegar al centenar de personas, tampoco se quedaban muy lejos de esa cifra, aprovechando la gran concentración de gente convocada en la montaña mítica de Catalunya por una celebración de las peñas del Barça. En ese acto se formalizó lo que se había estado gestando desde el año anterior: un proyecto impulsado por Anton Cañellas, que buscaba constituir una sola organización en torno a Jordi Pujol y su extraordinario potencial político.
Otro actor importante fue Unió Democràtica de Catalunya (UDC), que llevaba años intentando incorporar a Pujol. Primero lo intentó de la mano de Coll y Alentorn, uno de los fundadores de Unió y uno de sus líderes activos. UDC, nacida en 1934, había tenido un posicionamiento significativo durante la Guerra Civil: opuesta tanto al gobierno de la República española como al de la Generalitat bajo Companys, pero a la vez fiel a la República y contraria al golpe militar. Esta posición le costó críticas por ambos lados, tanto durante el período republicano como con la represión del nuevo régimen de Franco. Un ejemplo de esta tragedia es el dirigente de UDC Manuel Carrasco i Formiguera, que tuvo que huir de Cataluña porque la FAI-CNT quería asesinarlo, y que posteriormente fue encarcelado por los militares y fusilado.
A pesar de los esfuerzos de Unió por incorporar a Pujol, éste nunca accedió, ya que tenía su propio proyecto y los medios para llevarlo a cabo. Consideraba que los democristianos no se transformarían nunca en una verdadera fuerza de gobierno. Pero Cañellas introdujo un cambio importante en el planteamiento de UDC: ya no se trataba de integrar a Pujol, sino de crear una fuerza mayor que respetara, al menos inicialmente, la especificidad de cada grupo.
Así se produjeron los contactos previos, que culminaron en reuniones regulares en la sede de Justícia i Pau, presidida por Anton Cañellas, en la calle Rivadeneyra de Barcelona. Inicialmente, participaban Pujol y su reciente organización, los GASP (Grupos de Acción en el Servicio de Cataluña), gente del Partido Socialista de Josep Pallach (que en ese momento estaba enfrentado con el Movimiento Socialista de Joan Reventós, pero con el que acabaría confluyendo más adelante en el PSC) y también Unió Democràtica de Catalunya. De estas reuniones surgió el nombre de Convergència Democràtica de Catalunya, como ya he explicado en una ocasión anterior.
También participó un grupo importante de una organización de trabajadores, auspiciada por el vicario episcopal de pastoral obrera de la diócesis, Mn. Joan Carrera. Pronto se vio que los socialdemócratas de Pallach no seguirían con la iniciativa, y finalmente el proyecto quedó concretado con los tres grupos citados. En el encuentro de Montserrat se añadieron también un grupo de independientes, una fórmula que permitía la participación de personas destacadas como Miquel Roca, que no pertenecía a ningún otro grupo.
Como resultado, CDC se definió como una “federación de grupos y personas”, tal y como propuso Miquel Roca en Montserrat. La primera dirección unitaria de CDC surgió de esta reunión: estaba formada por Anton Cañellas, Jordi Pujol, Miquel Roca y Castaños, un hombre de confianza de Mn. Joan Carrera, ya que éste, en su condición de clérigo, no podía participar oficialmente. El secretariado ejecutivo contaba con Miquel Sellarès, Esquirol y otros miembros como personas fijas, y también tuvo un papel importante un joven de Unió, Albert Vila.
En Montserrat se redactó una declaración inicial que, sin embargo, no fue objeto de un gran debate, puesto que el objetivo principal era la creación inmediata de la organización con la convicción de que las diferencias políticas no eran significativas y que el programa real ya se iría ajustando. CDC nació, por tanto, de un valor escaso hoy en política: la confianza, aunque, como se demostraría más adelante, no todos los miembros compartían exactamente el mismo proyecto.
La confusión sobre la fecha de fundación de CDC puede provenir del hecho de que la constitución de Montserrat fue la de una federación de fuerzas políticas, mientras que el partido único no surgió hasta el 16 de febrero de 1976 , cuando el GASP y los independientes de Roca anunciaron su autodisolución y su fusión dentro de CDC, ya constituido como partido político. Este hecho provocó la ruptura con el socio inicial, Unió. Si éste era el proceso inicialmente previsto por Pujol y Cañellas ya es otra historia. En cualquier caso, CDC nunca celebró ese segundo aniversario como el fundacional.
Como muestra la placa y la escultura de 1994, Convergència celebró el vigésimo aniversario de su fundación, que situaba en 1974, y entregó una escultura y una placa a los miembros fundadores. Así pues, es evidente que ahora se cumple medio siglo de su fundación.
Lamentablemente, una fecha tan significativa no parece contar con nadie para conmemorarla. Un pueblo que pierde la memoria pierde su identidad. Estas líneas pretenden recordar desde la lógica modestia un hecho y una historia tan decisiva para la reconstrucción de Catalunya.