El impacto económico de la crisis del coronavirus está aumentando en gran medida la desigualdad en España. Así lo refleja un artículo recientemente publicado por el Observatorio Social de La Caixa. La situación es debida a que no está afectando a todos los ciudadanos por igual. Además, los países que se han visto más afectados por el parón del confinamiento (España e Italia) se ha debido a una dependencia mayor del sector turístico y por la mínima presencia del teletrabajo durante los últimos años.
En los Estados miembros situados al sur de la Unión Europea, los empleos de actividades relacionadas con el ocio, los servicios personales y el turismo, así como otras actividades en estos momentos muy afectadas, tienen un peso comparativamente alto. Además, en estos países hay más empleo por cuenta propia y más contratos temporales, lo que podría agravar los efectos negativos de los cierres de la actividad a causa del coronavirus. En contraste, los Estados miembros del centro y norte de la Unión Europea cuentan con una mayor proporción de empleo en sectores activos (por considerarse esenciales o porque pueden desarrollarse de forma remota), de modo que están menos expuestos a las consecuencias negativas de la crisis actual.
En cuanto a la prevalencia del teletrabajo por países y sectores, en general y con anterioridad a la crisis, hay países (como los Países Bajos, Finlandia o Luxemburgo) que ya contaban con una media superior a la europea. El hecho es importante porque, en principio, hace que estén mejor preparados para la transición masiva al teletrabajo que ha desencadenado la crisis. Desafortunadamente, algunos de los países en los que la prevalencia del teletrabajo era menor son, de nuevo, los más afectados por la pandemia (incluyendo España e Italia), aumentando la desigualdad.
Los jóvenes son unos de los colectivos que se han visto más afectados en términos económicos, donde también en desigualdad salen peor parados. El sector cerrado por las medidas de confinamiento cuenta con una proporción muy alta de trabajadores jóvenes, mientras que el peso de los jóvenes en los sectores menos afectados por la crisis es muy bajo. Por el contrario, los trabajadores más veteranos están sobrerepresentados en el sector esencial y activo, lo cual implica que laboralmente se ven menos afectados que los trabajadores jóvenes. Sin embargo, esto podría ser problemático desde el punto de vista sanitario, ya que es un grupo de mayor riesgo, no solo por la edad, sino porque está más expuesto al contagio de la enfermedad en el lugar de trabajo.
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