La situación de la Comunidad de Madrid en cuanto a la afectación del coronavirus es incomprensible por la magnitud de los contagios y la lenidad del gobierno regional. De hecho, la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes de los últimos 14 días es, con mucha diferencia, la más grande de Europa: 587 casos, cuando quien la sigue, París, se sitúa en 192. También es una de las pocas grandes capitales en que las últimas 20 semanas la tendencia ha ido a más, junto con París. Para situar una comparativa de estos 587 casos de la Comunidad de Madrid, se pueden mencionar los 36 de la región del Lazio, es decir, el área romana, los 34 de la gran Londres y los 28 del área metropolitana de Berlín.
Hace muchas semanas que Madrid debería haber llevado a cabo medidas muy severas, incluidos los confinamientos, y no lo ha hecho. La estulticia del gobierno madrileño en este caso resulta incomprensible, más cuando se convierte en el espejo del PP en España. La gran oportunidad de este partido de mostrar que podía hacer una gestión diferente a la del desastre del gobierno español ha quedado completamente aniquilada por los hechos. ¿Cómo es posible dejar escapar una oportunidad de esta dimensión? La inexplicable actitud de los populares tiene una doble dimensión. La decisiva y más importante es la de preservar la salud de los ciudadanos. Y sacar rendimiento político de una buena gestión.
Naturalmente, siempre se podrá argumentar los magníficos resultados de Galicia, la segunda mejor en casos acumulados de los últimos 14 días de toda España, con 118,5, y sólo precedida por Asturias, con 76,26. Cataluña, que ha mejorado mucho después de los cambios en la Conselleria de Sanitat y la retirada de hecho de Alba Vergés, está ahora situada en 156,91 casos, a años luz de Madrid. Está claro que si nos atuviéramos a los parámetros alemanes, en toda España deberían estar aplicando restricciones severas porque nuestros umbrales, incluso en el mejor de los casos, superan lo que el gobierno alemán considera como admisible. Posiblemente por esta razón el Ministro de Sanidad de ese país declara que no comprende nada de la situación española.
Si bien la afectación es menor que durante el periodo crítico de marzo y abril, ya se traduce en presión hospitalaria que, como es lógico, siempre va un par de semanas retrasada en relación con la incidencia de casos, y también porque ahora en la contabilidad, mucho más representativa de la realidad por el mayor número de pruebas PCR, hay presentes muchas personas asintomáticas. Aun así, el número de ingresados en Madrid ya duplica los que había cuando se inició la fase 1, es decir, a partir del momento en que se dio por concluida la fase 0 y las restricciones más draconianas. Este número de hospitalizaciones nos vendría a decir que todo Madrid debería retrotraerse a la situación de mayo con respecto a medidas de contención, lo que evidentemente sería catastrófica desde el punto de vista económico. Lo que sucederá ahora es que se producirán confinamientos limitados, y en este sentido algunos barrios de la capital y poblaciones de la región tienen todos los números. Concretamente Parla y Humanes, que se sitúan en el millar de casos, y en el caso de Madrid ciudad, Puente Vallecas, que es, con diferencia, la zona más crítica con 1.240 casos, Usera y Villaverde.
El problema será si, a pesar de las medidas de ahora, la tendencia continúa con unos crecimientos tan importantes.
Esta misma consideración se puede hacer para el conjunto de España: si el ritmo continúa aumentando y se sitúa a niveles que presionan la capacidad hospitalaria en varias comunidades, dentro de tres o cuatro semanas la perspectiva será muy complicada.
Desde este punto de vista, no se entiende la inacción del gobierno en esta materia, que ha pasado de querer ejercer una autoridad absolutamente centralizada teniendo a las CCAA como simples delegaciones, a una indiferencia ignaciana que ni siquiera estados federales como Alemania presentan. El Ministerio de Sanidad es mucho más que una simple agencia de recopilación de datos y de dar buenos consejos. A estas alturas, España sigue sin disponer de una estrategia integral contra el Covid-19, ni de una legislación adaptada a esta nueva realidad que permita medidas eficaces sin necesidad de recurrir al espantajo del estado de alarma.
El número de ingresados en Madrid ya duplica los que había cuando se inició la fase 1 Share on XMás información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS