Conclusiones de la conferencia internacional “War and Peace” organizada por el CIDOB de Barcelona

Introducción

La última edición de la conferencia internacional War and Peace in the 21 st. Century, organizada cada año por estas fechas por CIDOB, ha tenido lugar el pasado 16 de marzo. Como es costumbre, se ha celebrado en el Palacio de Pedralbes de Barcelona y ha sido inaugurada por Javier Solana, exMr. PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) de la UE y ex secretario general de la OTAN.

CIDOB es un think tank (centro de investigación) sobre relaciones internacionales, que “trata de vincular su conocimiento especializado con la sociedad civil, el mundo académico, el ámbito empresarial, los decisores políticos y los medios de comunicación”.

El propósito central de la conferencia de este año ha sido el de «contribuir al análisis de las dinámicas internas de la UE y de cómo la UE conforma sus relaciones exteriores con los poderes más importantes del mundo, en una era de cambio de las alianzas geopolíticas».

El propósito anterior se enmarca dentro de un objetivo más general:

“La UE afronta un nuevo ciclo político con unas elecciones inmediatas del Parlamento Europeo (junio 2024). La nueva legislatura determinará el liderazgo de las instituciones europeas y el alcance de las futuras políticas de la UE. Una fragmentación parlamentaria y/o una legislatura con un incentivo reducido para profundizar la integración pondrá en peligro la capacidad de la UE para afrontar tanto los retos internos como los externos que tiene planteados. Considerando que ya han pasado más de quince años desde la anterior reforma institucional importante -Tratado de Lisboa (2009)- la UE debería emprender nuevas formas de hacer para ganar eficiencia y legitimidad y ponerse al día para afrontar las amenazas de un contexto global cada día más complejo“.

Internamente, cuestiones como la ampliación de la UE y reforma de la UE, las transiciones verde y digitales, la migración y el pacto sobre el asilo, las reformas fiscales y los recursos propios, la defensa europea y las divisiones persistentes entre estados miembros,  requieren  esfuerzos renovados para llegar a nuevos consensos y transformaciones internas. En el ámbito externo, la UE necesita aumentar sus mecanismos y recursos para afrontar los retos de una realidad geopolítica compleja, con conflictos abiertos en territorio europeo y en su vecindad (Ucrania y Gaza), a lo que se añade la realidad de unas relaciones complicadas con Estados Unidos y China, la rivalidad con Rusia, la nueva ampliación de la UE hacia el este y la necesaria mejora de las relaciones de la UE con el llamado Sur Global“.

Conclusiones principales:

  • Cuando la política es más necesaria que nunca, la geopolítica impone la realidad del poder en todos sus conflictos.
  • En la UE tenemos un escenario condicionado por las elecciones de junio en el Parlamento Europeo y sus efectos sobre las políticas de transición energética y seguridad.
  • Suenan tambores de guerra. La combinación y evolución actual de la geopolítica deja a Europa en una situación muy débil. Es necesario activar mecanismos que aceleren la integración europea. A la ciudadanía europea le cuesta aceptar la necesidad de plantear una nueva visión a nivel militar, pero el pragmatismo se impone.
  • Las elecciones europeas y las estadounidenses de este año son vitales para despejar el rumbo que pueden tomar los acontecimientos.
  • La extrema derecha sube electoralmente porque toca temas que interesan a la gente, como es el caso de la inmigración con sus repercusiones sobre la vivienda, la sanidad, la educación y la seguridad.
  • La situación en Europa y en el mundo se parece cada vez más a la que se vivió en los años treinta del siglo pasado.
  • Los partidos de extrema derecha en Europa pueden convertirse en la tercera fuerza política en importancia en las próximas elecciones europeas, por encima de liberales y verdes, y Trump puede resultar ganador en las elecciones estadounidenses.
  • La inmigración en Europa difícilmente aflojará. Su efecto de atracción en África y Asia es muy grande. Europa es una especie de paraíso con su estado del avanzado bienestar tan superior al del resto de potencias. El Alto Representante Josep Borrell ha llegado a decir que «fuera de este paraíso está la jungla».
  • Encuestas recientes sobre las próximas elecciones europeas dicen gana la derecha y que el voto se desplaza hacia la derecha radical. La primera fuerza seguirá siendo el PPE, en segundo lugar, la socialdemocracia que sigue debilitada, la izquierda europea y los verdes sólo sacarían unos 50 escaños cada una y los liberales unos 90, todo ello en un Parlamento de 720 escaños. La derecha radical se divide en dos grupos: Identidad y Democracia (Le Pen) y Conservadores y Reformistas  (Meloni), sumados suponen unos 180 escaños. Sin embargo, se podría mantener la hegemonía tradicional de una mayoría absoluta dirigida por populares, socialdemócratas y liberales.
  • Ahora toca enfrentarnos a la cruda realidad. La UE debe trabajar para acelerar la construcción del federalismo europeo. Europa debe ser un actor fuerte en todos los ámbitos que determinarán el mundo futuro y eso, aunque pese a algunos, incluye también el ámbito militar.
  • En un período de madurez para la UE, la cuestión más urgente consiste en preguntarse si el sistema institucional europeo, concebido para otra época, será el adecuado para una UE de treinta y seis o más países miembros el año 2030, con unas herramientas de funcionamiento, como la exigencia de la unanimidad en la toma de decisiones, que se han vuelto obsoletas.
  • La UE tiene dos guerras por delante. Se ha hecho una crítica sobre el diferente comportamiento de la UE en relación a lo que ocurre en Ucrania y en Gaza. En el primer caso, ayuda a Ucrania y sanciona a Rusia por considerar que se ha violado el derecho internacional. En el segundo caso predomina la comprensión, a pesar de violaciones producidas del mismo derecho internacional, es un comportamiento asimétrico.
  • La UE no goza de buena prensa en el Sur Global por su colonialismo histórico y sus asimetrías a la hora de valorar los mismos hechos.
  • Europa ha disfrutado hasta ahora de los dividendos de la paz, ha vivido segura con un gasto militar bajo, protegida por Estados Unidos y la OTAN. Esto ha terminado. La invasión de Ucrania ha dado un vuelco a todo. Dado que Estados Unidos hace ya tiempo que ha cambiado su interés prioritario hacia el Pacífico y el Indopacífico, la UE debe reaccionar. La UE debe dotarse de una nueva política de defensa en el marco de la OTAN, aunque la defensa no es una competencia de la UE sino de sus estados miembros.
  • La actual Comisión Europea apunta a una última ampliación en el horizonte 2030, con la entrada de hasta diez nuevos estados miembros en el este. Esta ampliación será necesariamente problemática, si se produce, puesto que se trata de estados con déficits importantes en materia de corrupción, estado de derecho y desigualdad. Será necesario mucho dinero en la UE para afrontar muchos retos: ampliación al este, defensa, transición verde, transición digital. La pregunta es de dónde saldrá tanto dinero. Nuevas emisiones de deuda, estilo Next Generation, en momentos en los que es necesario retornar al equilibrio fiscal después de años de políticas laxas, parece difícil.
  • El director de CIDOB, Pol Morillas, ha cerrado la reunión con estas palabras: “En Gaza hablamos de corredores humanitarios y de ayuda, pero no de cómo acabar la guerra. En Ucrania también tenemos la situación empantanada. Mario Draghi supo aplicar el whatever it takes para salvar el euro, ver si ahora tendremos la misma ambición y si seremos capaces en la UE de hacerlo en ámbitos que ahora nos son más urgentes, especialmente todo lo relacionado con la defensa y la seguridad. En Europa empezamos la casa por el tejado y nos olvidamos de hacer política y asegurar nuestra defensa. Éste es el sentido del fracaso de las propuestas Comunidades Política y de Defensa en 1954, hace setenta años. Ha llegado la hora de la Europa de la defensa, pero también la hora de profundas reformas internas, como la supresión de la regla de unanimidad al proceso de toma de decisiones importantes y la ampliación de mayorías calificadas que permitan nuevas políticas y la nueva gran operación de ampliación en el este que se quiere alcanzar en el horizonte 2030. Seguramente habrá que modificar los Tratados.“

China quiere ser “una fuerza que estabiliza fuerzas”

La voz de China en la reunión ha sido representada por Wang Huiyao, presidente y fundador del think tank Centro por China y la Globalización (CCG). El mensaje que ha venido a traer a Barcelona, explicado en la reunión y en diferentes medios de comunicación, se puede resumir así:
  1. China es un estado-civilización, con cinco mil años de historia. Es una civilización primigenia. A lo largo de la historia casi siempre ha sido el poder más importante y central del mundo, salvo lo que llamamos en China el siglo de humillación (1839-1949), humillación sufrida en manos de los agresores occidentales y Japón. En 1949 se fundó la República Popular China, que celebrará próximamente su centenario. A lo largo de estos años, China ha superado «el siglo de humillación», que no puede volver a repetirse, y está preparada para desempeñar otra vez un papel central en el mundo. El «siglo de humillación» llegó por el autoimpuesto aislamiento de China a partir del siglo XVI (dinastía Ming) y a la llegada de la Revolución Industrial a Occidente y Japón, que les dieron una preeminencia tecnológica y militar sobre China.
  2. La palabra «China» significa «imperio del medio». Esto es lo que China quiere volver a ser. Nunca ha colonizado ningún territorio y ha estado muchos años aislada, los chinos son un pueblo que ama la paz. El libro del sabio chino Sun-Tzu titulado “El arte de la guerra” dice que las guerras se ganan sin hacerlas.
  3. China cambió de modelo económico en 1978, adoptando el sistema de libre mercado, que algunos califican de «capitalismo de estado». A partir de entonces ha protagonizado el mayor y rápido crecimiento económico de la historia. En 1978 teníamos un PIB de 150 dólares per cápita, que en 2008 ya había crecido hasta los 10.000.
  4. China es una civilización con un concepto propio de democracia, basada principalmente en Confucio y la meritocracia. Inventó las oposiciones a la administración pública.
  5. China aspira a ser respetada como civilización y carece de afanes expansionistas. Por el contrario, se siente rodeada por Estados Unidos, que desconfía de nuestro crecimiento. China aspira a un orden mundial multipolar, basado en reglas, y desea que Estados Unidos renuncie a su hegemonismo, belicismo y es partidaria de la no injerencia en países terceros.
  6. Las relaciones entre China y la UE están bastante bien. Ya hace años que Pekín es el primer socio comercial de la UE. Ahora mismo tenemos una relación estratégica fuerte, pero es cierto que la relación con Estados Unidos y la guerra en Ucrania ha terminado creando una cierta tensión geopolítica. La solución al conflicto pasa por que los dos actores se sienten y estudien cómo impulsar la paz en Ucrania. Pekín no quiere ver una escalada del conflicto, ya ha presentado un proyecto de paz.
  7. Entre la UE y China, más allá de la tensión por Ucrania, no existe un combate de ambiciones como el que hay con Washington. Por eso la UE debe adoptar un papel mediador entre Pekín y Estados Unidos y, a la vez, China puede jugar un papel decisivo en el restablecimiento de la paz entre Kiiv y Moscú.
  8. Es muy fácil para los republicanos y los demócratas señalar a China como el enemigo. Estados Unidos es el caso típico de una potencia mundial que sufre cuando emerge una potencia que puede rivalizar con ella. China ha dicho siempre que no tiene ningún tipo de ambición por superar a Estados Unidos, sólo quiere que se respete su derecho a desarrollarse.
  9. Al igual que en Ucrania, China quiere la paz en Gaza. De forma muy parecida a la UE, China quiere una solución de dos estados y un alto el fuego lo antes posible. Mantiene lazos comerciales tanto con los países árabes como con Israel, por lo que también se ha ofrecido a interceder en este conflicto, así como se ha ofrecido a interceder en el conflicto de Ucrania.
  10. Los principales retos de China a nivel interno son el estancamiento de la economía y el envejecimiento de la población, pero ninguno de los dos preocupa demasiado a Pekín ahora mismo. En materia internacional, si su estabilidad interna perdura, China quiere ser «una fuerza que estabiliza fuerzas». Su experiencia como país en desarrollo y también como país desarrollado le permite ser intermediaria entre el Sur y el Norte Global. China puede aportar estabilidad a la complicada situación mundial de hoy.
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