Ada Colau continúa con sus polémicas intervenciones para regular el tráfico en Barcelona. Si hace unas semanas entró en vigor la prohibición para circular a aquellos coches con determinada antigüedad (perjudicando gravemente a las familias con menores ingresos, incapaces de comprarse un coche nuevo), ahora ha lanzado un ataque contra las compañías que se dedican al motosharing, el alquiler de motos eléctricas (y por lo tanto sostenibles y no contaminantes, por lo que la medida es incluso aún más incomprensible) por minutos.
Se ha hecho público un manifiesto en el que se expresa el asombro ante la noticia de la reciente adjudicación de licencias de motos en la ciudad. Se van a adjudicar 6.958 a repartir en partes iguales entre 21 operadores, lo que se traduce en 331 motos por compañía.