Cataluña no es país para pobres, o suerte que todos los que nos gobiernan son de izquierdas

Las personas con menos ingresos de Cataluña continuarán disfrutando de la privilegiada situación de ser quienes más pagan por renta de todo el estado. Todos los intervalos por debajo de los 30.000 euros, incluido el mínimo de 16.000 euros, se sitúan a la cabeza en presión fiscal de todas las comunidades autónomas, algo que evidentemente no ocurre con las rentas más altas. Está claro que aquí hay un problema con Madrid porque las rentas bajas tienen escasas posibilidades y alicientes para cambiar su domiciliación fiscal, pero con las rentas altas es otra historia y el factor Madrid pesa mucho.

Sin ser la que más paga, que es la Comunidad Valenciana con 297.000 euros por unos ingresos anuales superiores a los 600.000 euros en una persona de menos de 65 años soltera y sin hijos, en Cataluña se pagan 277.000 y en Madrid 252.000. Hay 25.000 euros de diferencia entre tributar en Madrid y en Barcelona, ​​que es una cifra importante. Está claro que también hay mucha diferencia, 20.000 euros entre Cataluña y la Comunidad Valenciana. Y mientras que hay gente que va a vivir o domiciliarse si puede en Madrid, desconocemos que haya un flujo que, por la misma lógica, pasara de la Comunidad Valenciana a Cataluña que, además, tiene la ventaja de su mayor proximidad.

Sin embargo, no es sólo la renta la que castiga a las personas con menos recursos, es que también ocurre con la falta de respuesta ante la pobreza . En 2013 el porcentaje de reducción del riesgo de pobreza a través de las ayudas, y sobre todo las pensiones, era de 24 puntos. Esto permitía que en ese año, aunque teóricamente el 44% de la población estaba en riesgo de pobreza, una vez efectuadas todas estas transferencias la cifra quedaba reducida al 19,8%. Recordemos que el riesgo de pobreza o pobreza relativa es aquella población cuyos ingresos se sitúan por debajo del 60% de la media de ingresos del conjunto.

En Cataluña volvemos a estar situados en un nivel muy alto de riesgo de pobreza que ya supera el del período más agudo de la anterior crisis económica, que se produjo entre 2012 y 2014. El 21,7% de 2020 supera los máximos de esos años. También está muy alta la privación material severa, es decir, esa población que registra carencias en la satisfacción de necesidades básicas y que se sitúa en el 6,2% del total.

Igualmente, hay que mencionar, pero éste es un problema español, que el conjunto de prestaciones que se dan para paliar esta situación adversa de insuficiencia de ingresos tienen unos efectos muy limitados. En realidad, el factor más nivelador de los ingresos son las pensiones, que operan una reducción muy importante entre 15 y 16 puntos, mientras que el resto de transferencias de 2020 ni siquiera representaron 4 puntos de reducción. Hay algo importante que falla y que castiga especialmente a la población que tiene dificultades económicas, que no está jubilada y no tiene acceso a la pensión.

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