Recompuesto el Parlamento Europeo tras las elecciones del pasado 9 de junio, llega el turno de configurar el futuro ejecutivo de la Unión Europea para los próximos cinco años con el nombramiento de los cargos europeos.
Una primera tentativa se produjo el lunes 17 de junio, jornada en la que fracasó la propuesta inicial de la presidenta saliente Ursula von der Leyen. El grupo parlamentario que la apoya, el Partido Popular Europeo (PPE), ofreció al grupo socialista la presidencia del Consejo Europeo.
Además de Von der Leyen (candidata a renovar el cargo de presidenta de la Comisión) y del ex primer ministro socialista de Portugal António Costa (que sería el candidato por el Consejo Europeo), los otros nombres que formaban parte de la primera ronda eran la liberal estonia Kaja Kallas (candidata a dirigir el aparato diplomático, en sustitución de Josep Borrell) y la maltesa del PPE Roberta Metsola (para presidir el Parlamento Europeo).
Nótese que este cuarteto excluía al grupo parlamentario europeo que más posiciones ha ganado en las últimas elecciones, los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) capitaneados por la primera ministra italiana Giorgia Meloni y que han escalado hasta la tercera fuerza en la Eurocámara.
Que el PPE busque una alianza con los otros dos grandes partidos del establishment político europeo, socialistas y liberales, abandonando su espacio político natural y desplazándose a la izquierda, debería encender algunas alarmas sobre la calidad democrática europea.
Sería interesante sondear a los votantes del PPE para saber si prefieren una alianza tripartita con socialistas y liberales, o bien un acercamiento a las demás fuerzas de derechas, empezando por el CRE de Meloni.
La propia presidenta del Consejo de Ministros de Italia se lamentaba la semana pasada del desprecio hacia los resultados electorales : “Al Consejo Europeo, algunos llegaron con propuestas por los máximos cargos sin siquiera tener en cuenta lo que los votantes habían indicado en cambios de prioridades”.
Sin embargo, según varios diplomáticos europeos consultados por Politico , Meloni prefiere guardarse sus cartas para más tarde. Su voluntad sería que un italiano cercano a su partido Hermanos de Italia accediera a un cargo económico de primer orden, además de arañar una o dos vicepresidencias para miembros de su grupo CRE.
Si bien Von der Leyen parece haber dejado de lado su opción de efectuar un viraje a la derecha, que mimó antes de las elecciones, tampoco puede permitirse arrinconar a la italiana. Y es que Meloni es uno de los escasísimos líderes europeos que salió reforzado en las urnas el 9 de junio, y además dirige nada menos que la tercera economía de la UE.
Para más inri, a diferencia de los agotados liderazgos del socialista Olaf Scholz en Alemania y del liberal (para ponerle una etiqueta cualquiera) Emmanuel Macron en Francia, Meloni parece tener asegurada la estabilidad de su Consejo de Ministros en Roma. Algo que de por sí le aporta mucho capital político a Bruselas.
En definitiva, como un diplomático europeo comentó a Politico, la UE «no se puede permitir seguir ignorando a Meloni». Y como nota de pie de página, la ausencia total de nombres españoles tanto entre los candidatos como entre los bastidores en los que se decide su suerte resulta muy elocuente para el debilitado gobierno de Pedro Sánchez.
La ausencia total de nombres españoles tanto entre los candidatos como entre los bastidores en los que se decide su suerte resulta muy elocuente Share on X