Los primeros días de la entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) se saldan con un mal resultado. El propio Ayuntamiento ya reconoce que prácticamente no se ha producido ningún cambio en relación con el mismo período del año anterior. Este hecho también viene confirmado por la afluencia en los transportes públicos, que se ha mantenido en los mismos niveles. El cálculo era que se producirían 170.000 trayectos adicionales. De momento no se ven.

Al margen de las informaciones municipales, esta situación ya era verificable a través del World Air Quality Index, que permite comparar la calidad del aire por la mañana, por la tarde y por la noche de 6 ciudades españolas: Barcelona, ​​Bilbao, Madrid, Málaga, Sevilla y Valencia. En el período que va del 1 de enero hasta la fecha de ayer, Barcelona ha sido la ciudad que ha presentado comparativamente peores resultados junto con Madrid. Su calificación ha sido siempre en el nivel de aceptable, de los tres posibles (mala, aceptable y buena). La evolución de las otras cinco ciudades ha sido diferente en el sentido de que, excepto Madrid, todas las demás han tenido uno o varios episodios de calidad buena. Por ejemplo, los datos del miércoles 8 señalaban que Bilbao había tenido buena calidad los tres periodos del día, que en Málaga y en Valencia había sido buena por la tarde y aceptable los otros dos periodos, mientras que en Sevilla, Madrid y Barcelona el grado medio era común a las tres.

Es evidente que este primer balance no prejuzga el resultado final, porque la inexistencia de sanciones hace que hasta abril no se pueda establecer una conclusión más clara. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la ZBE incorpora defectos importantes. Por ejemplo, habrá conductores de motos viejas que pasarán a utilizar el automóvil que reservaban para los fines de semana y la familia, porque este sí podrá circular. También si aumenta el tráfico de autobuses interurbanos, al producirse un aumento de la demanda, se multiplicará el impacto ambiental, dado que son vehículos muy contaminantes. Y todavía un tercer factor: todo el Cinturón de Ronda es de libre acceso a todo tipo de vehículos. La única limitación es que no pueden salir para acceder a Barcelona, ​​pero los traslados desde el Maresme y el Vallès, Baix Llobregat y a la inversa, para desplazamientos de trabajo, continuarán exactamente igual, porque no están sujetas a ninguna limitación y esta importante y continuada emisión de gases continuará.

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