Después de meses en la cuerda floja, el Congreso estadounidense aprobó finalmente con apoyo republicano el nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania.
Durante el transcurso de este lapso temporal, el ejército de Rusia ha logrado los avances más destacables sobre el terreno de toda la guerra desde que Ucrania terminó su ofensiva en el verano de 2022.
Una vez aprobada la ayuda, las entregas de material militar por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos se iniciarán de inmediato con el objetivo de reducir al mínimo las posibilidades de que el atacante pueda seguir avanzando en el frente del Donbás.
Se ha afirmado y repetido que la principal razón de la reciente progresión rusa en el frente, y particularmente en torno a la pequeña villa de Avdiivka, en estas últimas semanas, era la falta de munición que sufrían las fuerzas ucranianas.
Pero varios analistas militares consideraron esta afirmación exagerada, apuntando, en cambio, que Ucrania sufre una falta de efectivos humanos porque su nueva ley de movilización ha tardado más de lo que se esperaba en ser aprobada y en entrar en funcionamiento.
Durante los próximos meses, Ucrania debería poder movilizar y entrenar a medio millón de hombres más y empezar a recibir nuevas armas y sobre todo munición recién fabricada gracias a la reactivación de la industria militar occidental después de décadas de abandono.
Así, apuntan expertos como el profesor británico de estudios de la guerra, Lawrence Freedman, que lo mejor que pueden hacer las fuerzas ucranianas este año es resistir a las acometidas rusas. Freedman se muestra, sin embargo, optimista, afirmando que pese a que tendrá que pasar tiempo para que los ucranianos vuelvan a reunir fuerzas, podrán empezar a liberar «partes sustanciales de territorio».
Sin embargo, la fracasada ofensiva ucraniana del pasado año ha supuesto un doloroso y mal precedente para Ucrania, que no consiguió romper las líneas rusas pese a disponer de abundante material occidental, de hombres que habían podido entrenar durante meses bajo supervisión europea y estadounidense, munición de sobra y la mejor inteligencia del mundo facilitada por su valedor estadounidense.
Desde entonces, Rusia ha reanudado la iniciativa estratégica avanzando escasos kilómetros gracias a su abundancia de material, movilizados y munición.
Ciertamente, es difícil ver cómo Rusia podría poner fin a la guerra siguiendo esta estrategia tan rudimentaria y costosa. Pero es igualmente difícil concebir que Ucrania pueda desencadenar una ofensiva relámpago demoledora que haga hundir el frente ruso.
La situación que parece más probable, y esto a pesar de la ayuda occidental, es que la guerra de desgaste prosiga su curso durante un período todavía muy largo. Una situación que, como hemos apuntado anteriormente, no está nada claro que favorezca más a Ucrania que a Rusia, al contrario, ya que Kiev dependerá siempre en último término de la ayuda exterior, lo que genera una inagotable incertidumbre.
Durante los próximos meses, Ucrania debería poder movilizar y entrenar a medio millón de hombres más y empezar a recibir nuevas armas y sobre todo munición recién fabricada gracias a la reactivación de la industria militar occidental Share on X