El 28 de abril del 2025, España sufrió el mayor apagón eléctrico de su historia, que afectó a toda la península Ibérica y partes de Francia y Andorra.
Sus efectos negativos van más allá del día de los hechos, tienen secuelas técnicas y en los servicios ferroviarios, digitales; costes económicos, y sobre todo un gran daño reputacional, el mayor que ha sufrido España, al menos desde la crisis económica con Zapatero, porque, y eso ha alarmado a los socios europeos y la Comisión, toda Europa parece haber estado a segundos de sufrir un apagón continental.
La frecuencia de la red eléctrica en toda Europa continental cayó hasta 49,85 hercios, solo algo por encima del umbral del colapso de la línea roja. La frecuencia de funcionamiento normal de la red eléctrica europea es de 50,00 Hz, con un margen extremadamente estrecho de ±0,1 Hz. Cualquier valor fuera de ±0,2 Hz desencadena importantes acciones de emergencia. Si la frecuencia hubiera caído solo 0,3 Hz más (por debajo de 49,5 Hz), Europa podría haber sufrido un apagón en cascada que afectaría a todo el sistema.
En este umbral, los relés de protección automáticos desconectan las principales centrales eléctricas y el colapso se acelera. Y es inquietantemente fácil imaginar múltiples escenarios en los que esto podría haber ocurrido. Y la causa está en España, Portugal ya la ha sufrido, y tal y como aseguran los expertos puede repetirse. Esta es la gran cuestión.
Por ello, la Comisión Europea ha solicitado un informe de lo ocurrido y ha dado un plazo de 3 meses al gobierno para que lo presente, pero al mismo tiempo ella misma realiza otro informe en paralelo, lo que demuestra la poca confianza que inspira Sánchez.
Cómo funciona el sistema eléctrico español
La electricidad se genera mediante recursos renovables –que son intermitentes y variables– con plantas térmicas de distintos tipos– y energía nuclear. A esta complejidad de origen de características distintas; las renovables no hidráulicas no son modulables en cuanto a su aporte de energía, se añade la necesidad de que la producción debe encajar exactamente con la demanda prácticamente en el segundo, y los precios de cada tipo son muy diferentes; muy bajos para las renovables; los más caros los de la energía térmica, la mayoría de fuel y gas; existen previsiones, pero también hay imprevistos.
Por otra parte, la red debe administrar flujos de energía en ambos sentidos debido a los vertidos excedentarios de los pequeños productores de renovables (hogares en su mayoría), lo que supone un esfuerzo extra de la red.
Todo esto dota de gran complejidad al sistema.
REDEIA (la antigua Red Eléctrica de España) es la responsable de la distribución de la energía generada.
El gran aumento de energía renovable está provocando una desestabilización del sistema, dada su importancia, representa, en promedio, más de la mitad de la generación total y cuando se produjo el fallo sistémico entraba en la red eléctrica en una proporción del 70%.
Las plantas de generación con recursos fósiles son necesarias por su flexibilidad para cubrir situaciones que no abarcan las renovables a causa de las horas sin sol, o demandas imprevistas; por eso deben ser remuneradas en todo momento, lo que contribuye a elevar sustancialmente el precio de mercado.
La aportación masiva de energía fotovoltaica y eólica vertida a la red puede provocar oscilaciones severas de energía en las redes actuales, que no están preparadas para transportar cantidades desmedidas de energía de forma puntual (una de las causas que se consideran como causa del apagón).
El gran interrogante: ¿puede el sistema de generación actual satisfacer las necesidades de una demanda cada vez más ávida y fluctuante? La respuesta es no. Porque no solo la demanda de electricidad es cada vez más dinámica y fluctuante, sino que la generación de electricidad también es más diversa en su composición y origen.
Diagnóstico: ¿qué pasó y por qué?
La cuestión clave es qué ocurrió y por qué. A estas alturas, Sánchez, el único que habla por el gobierno, porque los tres ministerios concernidos, Transición Energética, Industria y Transportes están desaparecidos, no solo dice desconocer las causas sino que su última intervención desmiente la explicación técnica aportada por REDEIA, que sitúa el foco del problema en las renovables no hidráulicas, aunque puede que haya mucho más en cuestión.
Los hechos son conocidos: A las 12:33 horas, se produjo una pérdida repentina de 15.000 megavatios (MW) de potencia, equivalente al 60% de la demanda eléctrica nacional, en apenas cinco segundos. Este fenómeno, conocido como “cero energético”, provocó la desconexión automática de España del sistema eléctrico europeo, dejando sin suministro a millones de personas.
Las causas exactas todavía están bajo investigación, pero hay tres hipótesis básicas sobre el apagón eléctrico:
- Desajuste entre generación y demanda: La alta penetración de energías renovables intermitentes (solar y eólica) sin suficiente capacidad de almacenamiento o soporte síncrono podría haber generado oscilaciones de tensión y frecuencia, desestabilizando la red. Esta es la conclusión que asumen los técnicos y que Sánchez rechaza, porque significa reconocer que algo muy grave hace tiempo que se hace mal. Con la agravante de que en 2024 se produjeron cinco incidentes similares al actual, pero que fueron controlados para evitar el “cero energético” que ahora se ha producido.
La misma empresa controlada mayoritariamente por el gobierno afirmaba en su informe anual publicado en febrero de este año «las desconexiones de generación por la penetración de las renovables » y «una mayor dificultad de operación del sistema, lo que repercute en un mayor riesgo de accidentes». Una advertencia similar había sido realizada formalmente hace cinco años. De hecho, entre los técnicos existe un gran consenso sobre dos cuestiones: el problema que ocasiona la gran dimensión de la aportación renovable sin haber adoptado las medidas pertinentes, y la insuficiencia de la red eléctrica por una inversión inferior a la prevista en los últimos cinco años.
- Una segunda hipótesis ha sido la del Fallo en las interconexiones con Francia: Se especula que un incendio en el sur de Francia podría haber afectado a una línea de alta tensión, aunque esta versión ha sido desmentida por las autoridades francesas.
- Ciberataque: El Centro Criptológico Nacional detectó actividad inusual procedente del norte de África días antes del apagón, pero hasta ahora no hay evidencia concluyente de un ataque cibernético. Y la propia REDEIA en su última versión lo descarta por completo, así como la Comisión Europea.