Apagón eléctrico del 28 de abril de 2025: causas técnicas y responsabilidades (I)

Varias evidencias apuntan a que el apagón eléctrico tuvo origen en un desequilibrio brusco entre generación y demanda, ligado a la alta producción renovable en ese momento y a una respuesta insuficiente del sistema.

Una hipótesis ampliamente mencionada es la de una sobreproducción solar repentina no absorbida por la demanda, lo que habría provocado una subida anormal de tensión/frecuencia (un “vacío de tensión”) y el salto en cascada de protecciones. En otras palabras, el sistema «fue víctima de su propio éxito » al no poder absorber el exceso de energía solar, lo que llevó a muchas plantas fotovoltaicas a desconectarse de golpe por autoprotección .

Esta pérdida masiva inicial de generación desató un error en cadena : al  desconectarse repentinamente tantos megavatios, la frecuencia de la red se desvió gravemente de los 50 Hz y saltaron más protecciones automáticas en otros generadores, incluyendo nucleares, hidráulicos y térmicos, que se desconectaron por seguridad al detectar la desviación. En cuestión de 5 segundos, el sistema peninsular quedó prácticamente vacío de energía (cero absoluto), colapsando por completo.

Otra explicación complementaria se centra en la baja inercia eléctrica del sistema en ese momento, debida a la altísima cuota de generación renovable instantánea (más del 70% de la energía en la red era solar/eólica hacia las 12:30).

La inercia del sistema es la resistencia natural a los cambios bruscos de frecuencia, aportada por generadores síncronos grandes (turbinas hidráulicas, nucleares, ciclos combinados de gas) que giran solidarios con la red. A mediodía del 28 de abril, aunque sí operaban varias fuentes síncronas (4 reactores nucleares, fuerza hidráulica, algo de gas e incluso carbón), la penetración renovable era muy elevada (70%) y buena parte de la potencia librada provenía de paneles solares y aerogeneradores conectados vía inversores electrónicos, que no aportan inercia rotacional.

En un sistema con tan poca masa girando, “cualquier desviación hace el sistema menos robusto frente a oscilaciones”. Esto significa que ante una perturbación, la frecuencia puede desestabilizarse mucho más rápido, antes de que los mecanismos de control puedan reaccionar. De hecho, los expertos señalan que la caída total “tan rápida” se explica en parte por la poca inercia disponible en ese instante, si bien insisten en que debía haber un desencadenante específico además de la cuota renovable alta.

Cabe destacar que otros días con porcentajes similares de renovables no ocurrió nada similar, lo que sugiere que las renovables por sí solas no desestabilizan el sistema si no concurre algún incidente adicional. En efecto, todo apunta a una concurrencia de factores: «Para que haya un cero nacional, el fallo es múltiple, 100% seguro: no puede ser una sola causa «, explica el ingeniero Jorge Morales.

Pero en cualquier caso existe una condición necesaria; no suficiente, pero sí necesaria: la elevada aportación de renovables sin mecanismos de estabilidad como la capacidad de almacenar el exceso producido, una inversión olvidada en España, y no promovida ni exigida por el Gobierno.

Entre los posibles eventos desencadenantes concretos, se investigan fallos en instalaciones específicas.

El centro de control de REE detectó secuencialmente dos incidencias: primero “un elemento compatible con una pérdida de generación ” en el suroeste peninsular (posiblemente una o dos plantas fotovoltaicas grandes) que se resolvió, y apenas 1,5 segundos después “otro elemento” de pérdida de generación ya a nivel de sistema, que 3,5 segundos más tarde derivó en las «oscilaciones detectadas» durante el colapso.

Esto sugiere un doble fallo en cascada: una primera caída de generación (quizás por una desconexión o avería en una planta solar) seguida de otra perturbación mayor que desestabilizó totalmente la frecuencia. Aunque en un primer momento REE señaló dos plantas fotovoltaicas en Extremadura como origen posible, pronto matizó que “ no es correcto vincular el incidente a las renovables ” exclusivamente. En cualquier caso, se sospecha que la generación solar estuvo involucrada en las primeras pérdidas.

Otras hipótesis iniciales, como un fenómeno atmosférico extremo o un incendio en Francia, fueron descartadas por falta de evidencia concreta. Asimismo, REE y el Gobierno han investigado la posibilidad de un ciberataque deliberado, dada la inusualidad del apagón total. Si bien hasta ahora no se han encontrado indicios de intrusión informática en los sistemas de REE ni en el control central, «de momento no hay nada que permita afirmar» que hubiera sabotaje. Pero siempre puede aparecer, y por eso hace falta un poco de tiempo, un informe del CNI, u otra instancia gubernamental que diga si fue un ciberataque. Ya se verá.

Un factor crítico fue la desconexión de las interconexiones internacionales, especialmente con Francia, durante la emergencia.

Tan pronto como la frecuencia peninsular empezó a oscilar fuera de rango, los enlaces con Francia se abrieron automáticamente para proteger al resto de Europa de un “contagio masivo”. Esta “isla energética” en la que quedó la península agravó el desequilibrio interno: REE ha sugerido que perder el apoyo de Francia acabó de hundir el sistema.

Normalmente, las interconexiones actúan como válvulas de escape o suministro: frente a un exceso de generación interno, se podría exportar una parte, y frente a un déficit repentino, se podría importar potencia de apoyo. Pero España opera casi como una isla eléctrica —las conexiones con Francia son muy limitadas, <3% de capacidad respecto al consumo, lejos del mínimo 10% exigido por la UE—, por lo que en esta crisis no pudo amortiguarse el golpe intercambiando energía suficiente con países vecinos .

De hecho, especialistas señalan que “probablemente, si hubiésemos tenido más interconexiones, esto no habría pasado”. En lugar de estabilizar el área ibérica, la red europea se protegió aislándonos: Francia “saltó” para salvarse y el sistema ibérico tuvo que aguantar solo… y no pudo. Esto ha reactivado el debate sobre la necesidad de reforzar las interconexiones de España con Europa y Marruecos , ya que «una isla energética como España tiene muchos riesgos eléctricos». Ahora resulta que la famosa “isla” de energía que proclamó a Sánchez como ventaja es una causa objetiva del grave suceso del 28 de abril.

Conviene añadir que, paradójicamente, esas mismas interconexiones fueron claves para su posterior recuperación: hacia las 12:44 se restableció el enlace con Francia e inmediatamente se importó energía (vía Irún), y minutos después Marruecos aportó 519 MW de potencia de arranque, lo que permitió iniciar la reenergización del sistema español a las 13.07. Sin estas “chispas” externas habría sido aún más pesado levantar el sistema desde cero.

Por último, cabe mencionar el posible fallo o insuficiencia de ciertos automatismos de protección y control de demanda.

En teoría, ante grandes desviaciones de frecuencia existen esquemas de alivio que actúan: por ejemplo, rechazo automático de carga (desconexión selectiva de consumos) si existe déficit de generación, o desconexión de generación si hay exceso. Sin embargo, la magnitud y rapidez de este incidente parecen haber desbordado estas defensas. Los expertos se muestran sorprendidos de que no se consiguiera “encapsular” el apagón en un área acotada —aislando sólo la zona problemática— y que en su lugar se propagara por toda la península. Esto sugiere que los sistemas de protección zonal no pudieron frenar la cascada (quizás porque el desequilibrio se extendió instantáneamente por la red).

Efectivamente, “cuando el equilibrio se rompe bruscamente y las protecciones automáticas no logran corregirlo, puede desencadenarse un apagón total ”. Es probable que múltiples salvaguardias hayan fallado simultáneamente (“demasiadas cosas a la vez ”), lo que refuerza la idea de una causa multifactorial y no de un único error puntual.

En resumen, las hipótesis técnicas más plausibles giran en torno a un incidente inicial en la generación (posiblemente solar) que provocó un grave desequilibrio de frecuencia, amplificado por la baja inercia del sistema y la desconexión de la red ibérica del resto de Europa, dando lugar a una imperable cascada de aperturas de protección. Pero también en este caso existe un responsable concreto. Red Eléctrica y su matriz REDEIA.

Papel de Red Eléctrica de España (REE): gestión del sistema y análisis de su respuesta

El Centro de Control Eléctrico (CECOEL) de Red Eléctrica de España, desde el que se opera en tiempo real el sistema eléctrico peninsular. Como operador del sistema eléctrico español, REE estuvo en el centro del huracán tanto durante el apagón como en los posteriores análisis. Su papel abarca la planificación y supervisión en tiempo real del equilibrio generación-demanda, la gestión de contingencias y la coordinación de la recuperación del servicio. Tras el incidente, se ha examinado si hubo errores de gestión por parte de REE y cómo fue su capacidad de respuesta ante la crisis.

En primer lugar, varios especialistas señalan posibles fallos en la planificación operativa de REE previas al apagón.

Jorge Sanz, expresidente de la Comisión de Expertos de Transición Energética, afirmó que “el problema de fondo fue una planificación inadecuada por parte de Red Eléctrica: ese día se programó una generación muy alta de fuentes no firmes (solar, eólica) y muy baja de energía firme (hidráulica, gas, nuclear). En otras palabras, REE habría confiado en un mix desequilibrado, con exceso de renovables instantáneas y poca reserva síncrona de soporte.

Esta crítica sugiere que, quizás atraídos por las óptimas previsiones solares (era mediodía, con muchos MW fotovoltaicos disponibles), no se mantuvieron suficientes centrales tradicionales girando en reserva. Aunque existían centrales nucleares e hidroeléctricas en operación normal, parece que la potencia de reserva giratoria (capacidad adicional para responder a perturbaciones) no era abundante. De hecho, después del apagón, la propia operación del sistema cambió drásticamente: “comparando el despacho de generación del lunes (día del apagón) con el del martes: había la mitad de solar, cinco veces más de hidráulica, el doble de gas, y se acoplaron urgentemente centrales nucleares ”.

Esto se ha interpretado como una “declaración de culpabilidad”: la configuración del lunes resultó arriesgada, y al día siguiente REE incrementó aceleradamente la generación firme (hidráulica, gas, nuclear) para estabilizar cualquier contingencia. Aunque falta el informe técnico definitivo, en el sector energético predomina la teoría de una «mala gestión» de REE al no prever adecuadamente el riesgo de sobrepotenciación de la red.

Por otra parte, REE sí actuó con eficacia una vez desencadenado el apagón.

Los ingenieros del Centro de Control (CECOEL) se enfrentaron a su peor situación –un sistema totalmente apagado– y procedieron a un complejo arranque en negro. La coordinación de REE con las empresas generadoras fue determinante para ir restableciendo el servicio de forma segura y escalonada. Tal y como se describió, en 30 minutos lograron reponer la primera carga en España (13:07 h) gracias a importaciones de emergencia. REE fue dirigiendo la sincronización progresiva de diferentes “ islas energéticas ” internas en torno a nodos hidroeléctricos, que después unieron en un esqueleto común.

Se solicitó a todas las eléctricas encender sus ciclos combinados en modo ralentí (operación mínima) para tenerlos a punto –tardaron 30 minutos en precalentar, pero luego podían subir la carga en segundos, según las órdenes de REE– . Hubo complicaciones (generadores que “no se ponían en marcha a la primera” y reintentos necesarios), sin embargo, en menos de 24 horas se recuperó casi el 100% del sistema, un éxito notable comparado con acontecimientos de apagado total en otros países. De hecho, la propia red europea de operadores (ENTSO-E) reconoció el restablecimiento rápido como éxito en circunstancias tan adversas. Esto refleja una alta capacidad de respuesta técnica de REE en la fase de recuperación del suministro.

Por lo que respecta a la actuación inmediata durante la emergencia, REE señala que sus sistemas registraron el incidente y actuaron según los protocolos.

Sin embargo, queda la incógnita de porqué los esquemas automáticos de defensa no aislaron el fallo. Luis Atienza, expresidente de REE, manifestó sorpresa por el hecho de que “no saltaran los automatismos para circunscribir el apagón a una zona concreta”, evitando el colapso total. La propia presidenta de Redeia (matriz de REE), Beatriz Corredor, admitió que técnicos y analistas estaban examinando minuciosamente «miles de registros de datos» para determinar qué falló exactamente.

Esto sugiere que REE podría haberse enfrentado a un escenario más allá de los previstos en su plan de defensa, o que alguna protección no actuó según diseño. Dada la complejidad de la dinámica de un apagón nacional, es prematuro atribuir culpas operativas puntuales en aquellos segundos críticos. Sin embargo, REE ha descartado que hubiera un error humano intencional interno o sabotaje en su centro de control, reforzando que el origen fue técnico-sistémico.

A nivel institucional, REE ha defendido su gestión después del incidente.

Beatriz Corredor compareció 45 horas después para dar explicaciones y «afirmó taxativamente que se trabajó bien «, negando rotundamente tener intención de dimitir. Hasta una semana después no se produjo destitución alguna en REE. El Gobierno, inicialmente crítico, moderó su postura tras reunirse con REE y otras eléctricas: el presidente Pedro Sánchez pasó de insinuar responsabilidad empresarial el mismo día del apagón, a pedir cautela y anunciar una comisión investigadora liderada por el Ministerio.

Por su parte, la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha salido en defensa tanto de las energías renovables –remarcando que no son “culpables” por sí mismas del apagón– como del papel de REE en la reposición del sistema, enfatizando el esfuerzo realizado para restablecer la luz.

En resumen, REE ha sido objeto de críticas por la posible falta de previsión en la operación previa (exceso de renovables sin soporte), pero también ha sido reconocida por su actuación eficaz en la recuperación del suministro eléctrico. La investigación oficial deberá determinar si hubo decisiones operativas de REE mejorables que contribuyeran al incidente (por ejemplo, niveles insuficientes de reserva giratoria o configuraciones de protección), o si, por el contrario, se hizo todo lo establecido y el apagón se debió a circunstancias excepcionales difíciles de controlar en tiempo real.

Por lo que respecta a la actuación inmediata durante la emergencia, REE señala que sus sistemas registraron el incidente y actuaron según los protocolos Compartir en X

Creus que el govern Sánchez és responsable mediat o immediat de la gran apagada del 28 d’abril?

Mira els resultats

Cargando ... Cargando ...

Entrades relacionades

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.