Alegrías que provocan la proximidad de las elecciones y que van por barrios, porque nunca llueve a gusto de todos.
Alegría entre los socialistas, Vox y Cs porque el caso Bárcenas estalle con toda su fuerza en medio de la campaña electoral. Alegría también por parte del PSC porque una vez más el CIS de Tezanos se convierte en un poderoso agente electoral con encuestas que lo que dicen al electorado es que, efectivamente, Illa es la alternativa al independentismo, a pesar de que la mayoría del resto de encuestas no lo confirmen. Alegría también para En Comú Podem porque han escogido este momento para filtrar el borrador de la ley «trans, a pesar de que ni siquiera es un anteproyecto, que no ha sido debatido por el gobierno, y que por boca de la vicepresidente Carmen Calvo ya se han producido importantes objeciones.
Alegría, y mucha, del gobierno de la Generalitat que ha descubierto que tiene suficiente dinero para anunciar a página entera en los medios de comunicación escritos y en anuncio de TV de que dispone de 618 millones para repartir entre trabajadores en ERTE, autónomos y micro y pequeñas empresas. Se ve que a última hora han descubierto una partida que dos meses atrás desconocían. Cosas que tienen las elecciones.
Mucha alegría por parte de los responsables de la salud pública de Cataluña que, a pesar de los índices elevadísimos de contagios, han decidido aflojar las restricciones a partir del lunes, con el fin de llegar a las elecciones algo menos confinados, y ello a pesar de asumir que la presión en las UCI es terrible y que continuará una semana más. Argumentan que la curva ha descendido, pero la realidad es que lo ha hecho muy poco y que el panorama sigue siendo oscuro, con el agravante de que ya empieza a hacerse notoria la variante británica, mucho más contagiosa. Es el caso de Olot donde se han disparado los casos, y donde precisamente los análisis de las aguas fecales han detectado una proporción de la variante británica que se sitúa entre el 30 y el 50%. Muy posiblemente pasada la fecha electoral volverán a cerrar el grifo, volveremos a las limitaciones que tenemos hoy en día, y la mantendrán así durante semanas.
Como se puede ver, la ética y los niveles de responsabilidad política resultan perfectamente descriptibles.