Desde 2008-2009, Nigeria, el país más poblado de África, vive el fenómeno de acoso religioso más violento del mundo.
Se trata del exterminio de cristianos perpetrado por poblaciones mayoritariamente nómadas que profesan la religión islámica.
Grupos armados con armas automáticas, a menudo pertenecientes a pueblos de la etnia Fulani, realizan incursiones en pueblos del norte y del centro de Nigeria de mayoría cristiana, masacran a los hombres y se llevan prisioneras a mujeres y menores. Una estrategia que busca sustituir el cristianismo por el islam , y que avanza cada vez más hacia el sur.
Según el padre Chimaobi Clément Emefu, se trata de un «proyecto de islamización que dura desde hace tiempo, y que es sistemático». Dicho de otra forma, los cristianos nigerianos sufren un genocidio ante la indiferencia del mundo occidental.
Solo entre enero y agosto de 2025, más de 7.000 cristianos han sido masacrados por motivos religiosos en Nigeria, denuncia la ONG Interociety, mientras que unos 7.800 han sido secuestrados durante el mismo período.
Otros objetivos recurrentes de los yihadistas son las iglesias, que son sistemáticamente incendiadas, y los religiosos, secuestrados o asesinados. En los últimos diez años, más de 140 seminaristas han sido raptados.
El mismo informe denuncia que las autoridades estatales de Nigeria toleran la presencia de más de 20 organizaciones yihadistas en su territorio, incluyendo a Boko Haram, que se hizo mundialmente conocida por el secuestro de cerca de 300 estudiantes menores de edad en Chibok, en el extremo noreste del país.
En Nigeria, cristianos y musulmanes representan cada uno el 45% de la población total del país, pero en la práctica el poder político está cada vez más concentrado en estos últimos. De hecho, la mayor parte de cargos ejecutivos, empezando por el presidente, son musulmanes, y la presión para introducir la Sharía o ley islámica en la constitución es cada vez más fuerte.
Según la organización Open Doors, el número de cristianos asesinados por su fe en Nigeria es mayor que el del resto del mundo entero, y grupos cristianos denuncian que el gobierno federal apoya de forma escondida los planes expansionistas de los fanáticos musulmanes.
Lo que está en juego en Nigeria es el alma del país más poblado de África.
Si Nigeria se convierte en un estado islámico, la integralidad de su población sufrirá sus funestas consecuencias en términos de seguridad, libertad, educación e incluso economía, como ya hemos visto en tantos países, y el cristianismo de toda el África subsahariana se verá amenazado.
Ante estos hechos, en Estados Unidos el senador republicano Ted Cruz ha presentado el 10 de septiembre una propuesta de ley para introducir a Nigeria en la lista de países de “especial preocupación” en cuanto a la libertad religiosa, lo que abriría la puerta a imponer sanciones al gobierno del país.
Sin embargo, y como ya ocurrió con la invasión por parte de Azerbaiyán de las zonas habitadas por cristianos armenios en 2023, la mayor parte de poderes políticos y medios de comunicación occidentales eluden tratar el genocidio contra los cristianos nigerianos.
Grupos armados, a menudo pertenecientes a pueblos de la etnia Fulani, realizan incursiones en pueblos del norte y del centro de Nigeria de mayoría cristiana, masacran a los hombres y se llevan prisioneras a mujeres y menores Compartir en X
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