En política internacional para 2025, los siguientes apartados buscan escenarios plausibles que podrían darse, con argumentos basados en las informaciones actuales a nuestro alcance. Que se materialicen o no depende de una multitud de factores de fondo y circunstancias de cada momento que son imposibles de analizar de forma sistemática, pero no por eso el ejercicio resulta, esperemos, menos estimulante y relevante.
Siria: el nuevo gobierno islamista no llegará a consolidar el poder
La caída rápida e inesperada de Bashar el Asad ha llevado a Damasco al grupo islamista (ex-Al Qaeda) HTS Su líder, que se le ha dado un nuevo nombre para romper con este incómodo pasado, Ahmed al- Sharaa, sueña en consolidar su poder en toda Siria y normalizar la situación del país. Sin embargo, sus verdaderas intenciones en materia de aplicación de la ley islámica siguen siendo una preocupación de numerosos sirios y observadores internacionales.
Además, HTS tiene otro y grave problema: no es ni mucho menos una fuerza suficiente para asegurar el control efectivo de todo el territorio internacionalmente reconocido como sirio. Debido a su debilidad no le quedará otro remedio que intentar pactar con otros grupos, ya sean pertenecientes a minorías, como los kurdos, los alauís y los cada vez más escasos cristianos, o bien grupos islamistas suníes, como el Ejército Nacional Sirio controlado por Turquía. La ecuación parece prácticamente imposible de resolver, y desgraciadamente parece probable que Siria no pueda evitar una nueva fase de la guerra civil. Lo que está por ver es de qué intensidad y alcance.
Ucrania: habrá acuerdo de paz
El momento se prepara desde hace meses, y el presidente electo Donald Trump parece determinado a volcar todos sus esfuerzos en cuanto llegue a la Casa Blanca. Sin embargo, esto no quiere decir, ni mucho menos, que la paz sea fácil. Seguramente Estados Unidos tendrá que amenazar a Rusia con nuevas medidas de apoyo a Ucrania, mientras emitirán un mensaje de símbolo opuesto hacia Kiev, quizá fijando una fecha de fin de la ayuda militar. La opinión de los ucranianos, cada vez más desconfiados por su presidente Zelenski, es probable que sea un factor importante para acelerar el fin de las hostilidades.
Sin embargo, será difícil que el acuerdo de paz sea definitivo, ya que Ucrania se resistirá a reconocer legalmente la cesión de territorios a Rusia, y de una forma similar, Rusia no aceptará un acuerdo en el que Ucrania se convierta formalmente en miembro de la OTAN.
Las garantías de que Europa podría aportar para ambas partes podrían resultar clave para una resolución definitiva del conflicto, pero como desde este diario vamos repitiendo, ya es tradición que Europa esté, por su propia carencia de habilidad, totalmente ausente en las grandes decisiones –incluyendo aquellas que más le afectan. Una vez más, pues, serán los estadounidenses quienes saquen las castañas del fuego a unos europeos carentes de rumbo.
Macron sobrevivirá como presidente de Francia, pero sin gobierno
En Francia los comentaristas políticos han observado que cada gobierno nombrado por el presidente Emmanuel Macron tiene una esperanza de vida que es la mitad de la que le ha precedido. Una regla que se cumple con cierta precisión desde el primer ministro que nombró por primera vez en 2017 a Edouard Philippe. El último en haberla seguido ha sido Michel Barnier, que ha sobrevivido poco más de tres meses en el cargo antes de caer en una moción de censura a raíz de los presupuestos. Así pues, al nuevo primer ministro François Bayrou podemos pronosticarle una esperanza de vida de mes y medio, plazo que acabaría a principios de febrero.
A Macron le quedan unos 30 meses en el poder, ya que no se puede presentar una tercera vez si no dimite antes, algo a lo que se ha negado repetidamente a hacer pese a las exigencias de la oposición de la extrema izquierda y de Le Pen. Unos meses que pueden ser sin embargo un auténtico calvario por el líder francés de estilo autoritario y egocéntrico.