A 10 días de las elecciones al Parlamento Europeo, Standard & Poor’s, la agencia de servicios financieros conocida por la evaluación de la deuda pública, hizo un regalo envenenado al presidente francés Emmanuel Macron, que paradójicamente inició su carrera en la gran banca.
El 31 de mayo la entidad norteamericana bajó la nota de Francia de AA a AA-.
Se trata de la primera degradación de la notación francesa desde 2013, y S&P la justifica a raíz del “deterioro de la situación presupuestaria” del país, que se aceleró de forma notable en 2023, muy por encima de las previsiones publicadas por el gobierno francés .
La anterior degradación se produjo en el 2013 bajo la presidencia de otro presidente supuestamente liberal y que paradójicamente había prometido, como Macron, reducir el déficit público: Nicolas Sarkozy . Entonces Francia perdió la triple A, la máxima nota.
Francia, que lleva ya 50 años sin un solo ejercicio cerrado con superávit , ha experimentado una aceleración de la deuda desde que Macron ocupa la presidencia de la república: en 2017, el ratio de deuda sobre el PIB del país era del 97%. En 2023, fue del 111% y el ministerio de finanzas prevé que la escalada continúe hasta el 113% en 2025. Entre 2019 y 2023, el déficit anual se ha prácticamente duplicado.
Resulta interesante constatar que durante el mismo período, la deuda pública ha retrocedido a la gran mayoría de países europeos , siendo Francia, junto con España y Bélgica por detrás suyo, e Italia y Grecia por delante, uno de los peores alumnos de Europa en porcentaje de la deuda sobre el PIB.
Sin embargo, queda saber si este anuncio tendrá un impacto sensible en las elecciones del próximo domingo 9 de junio. Y es que a pesar de la gravedad de la situación de las finanzas públicas, de momento las preocupaciones de los franceses se concentran en otros ámbitos .
Según una encuesta de Odoxa-Backbone para Le Figaro , la inmigración se imponía la semana pasada como la principal preocupación de los franceses de cara a las elecciones europeas (41%), por delante del poder adquisitivo (40%), la inflación (37%) y la seguridad (33%). Por el contrario, el déficit y la deuda pública figuraban en la parte más baja del ranking (14%).
Aunque la deuda sigue lejos del foco de la atención mediática, la candidata del partido de Emmanuel Macron, Valérie Hayer, podría quedarse a menos del 16% de los votos según apuntan las últimas encuestas. Además se encuentra amenazada de adelanto por la candidatura socialista de Raphaël Glucksmann, que recogería en torno al 14% de los votos.
Por su parte, la lista del Reagrupament Nacional capitaneada por el joven Jordan Bardella se mantiene impertérrita en primera posición, además del 33% del voto, según la encuesta IFOP-Fiducial del 31 de mayo.
Que la opción presidencial recogiera el domingo el 16% de los votos sería un nuevo escándalo democrático en Francia, ya que corrigiendo por la abstención, podría implicar que el gobierno francés recibe sólo el visto bueno de aproximadamente uno de cada diez franceses adultos.