¿Qué nos dicen las últimas encuestas sobre la previsión de resultados en el Parlamento Europeo?
La respuesta, que puede variar con las cifras concretas, da unas tendencias muy claras a escala europea que son concordantes con las que se manifiestan en los distintos estados. En concreto, hay unos claros perdedores y unos claros ganadores.
Ahora están en juego 720 escaños, 15 más que en las últimas elecciones. Las encuestas en este nuevo escenario señalan que los grandes perdedores serían los verdes de la Alianza Libre Europea, que perderían 17 escaños de los 72 actuales, y Renovar Europa, el grupo liberal, que perdería 17 de los 102 que tiene ahora. Cabe recordar que este grupo tiene como socio principal el partido de Macron en Francia y que en España está representado por Cs.
También registrarían pérdidas, pero mucho menores, el grupo socialista, que bajaría de 140 a 136 escaños, y el Partido Popular Europeo, que perdería sólo 1 de los 78 actuales.
¿Quién ganaría? Pues, los dos grupos de la derecha alternativa, Identidad y Democracia, que pasaría de 59 a 81 diputados (es el grupo de Le Pen en Francia y se beneficia de su potencial electoral) y el de los Conservadores y Reformistas Europeos que pasarían de 68 a 76 escaños (Es el grupo que tiene como fuerza más importante a los Hermanos de Italia de Meloni y los polacos de Libertad y Justicia, el primer partido de ese país). También subiría la izquierda, que pasaría de 37 a 42 escaños. El bloque de la derecha alternativa, formado por ambos grupos reseñados, sumaría ya más escaños que los socialistas, que son la segunda fuerza de la Cámara.
Por tanto, existe un claro decantamiento del Parlamento Europeo hacia la derecha alternativa, sin que ello signifique necesariamente una modificación de los tres grupos principales: populares, socialistas y liberales. Aunque no está claro que Identidad y Democracia no acabe superando al partido liberal.
Este escenario en el caso español se traduce en la victoria del PP, que previsiblemente alcanzaría del orden del 36-37% de los votos, mientras que Vox obtendría entre el 9 y el 10% de los votos.
En el terreno gubernamental, las encuestas sobre el PSOE señalan un abanico más amplio porque su resultado oscila entre el 27% y el 30% que le da el diario El País.
Cabe subrayar que para los resultados funciona una suerte de vasos comunicantes entre el voto en Sumar y el voto en el PSOE. Las mejores cifras para el PSOE corresponden a las peores para Sumar, y viceversa. La conclusión está clara, los socialistas mantendrán un mejor o peor resultado en función de los votos que capten del conglomerado de Yolanda Díaz.
En cualquier caso parecen claros dos hechos. El primero, que en estas europeas la participación será mayor de lo habitual. Y, en cierto modo, en el caso español se juega como un preludio de unas elecciones generales y servirá para verificar el grado de representatividad que tiene Sánchez, su gobierno y sus aliados. Si el resultado es malo, el clamor por unas elecciones anticipadas, ligado a las evidentes dificultades que tiene Sánchez para aprobar leyes, sería un hecho.
Todo esto con respecto al resultado electoral. Sin embargo, hay otro aspecto decisivo de la cuestión:
Los temas que más importan a los electores
Y aquí se manifiesta en algunos aspectos una notable diferencia entre la media europea y España. En ambos casos, tres temas encabezan la lista por importancia. Pobreza y exclusión social, sanidad pública y apoyo a la economía del trabajo. Pero en los tres la diferencia radica en que en España la importancia de esta prioridad es mucho mayor, entre un mínimo de 7 y 13 puntos más que el que responden los electores europeos, sobre todo en lo que se refiere a la sanidad, que es el primer tema para el elector español, en el bien entendido de que son preguntas de citación no espontánea y que, por tanto, responden a un índice de tema que ha sido previamente definido por el encuestador.
Donde existe una clara diferencia es en la cuestión de la seguridad y la defensa de la UE. Un 31% en cuanto a importancia, lo mismo que el apoyo a la economía y al paro, mientras que en España es el 14%. No estamos preocupados por la guerra de Ucrania ni por la URSS, esto es una evidencia. Seguramente es de todos los temas el que marca una mayor diferencia.
También, pero en menor grado, España es diferente en cuanto a la importancia que otorga a la política agrícola, un 23% en Europa por un 31% en España, que nos sitúa como cuarto tema, mientras que la UE se sitúa en el puesto octavo. El futuro de Europa, 26% en los europeos, sólo un 17% en España, es otro factor relevante en cuanto a marcar distancias.
Podríamos decir, resumiendo, que en lo que se refiere a las principales preocupaciones: pobreza, sanidad pública y apoyo a la economía, compartimos la misma importancia pero más acentuada en España. Sin embargo, nos diferenciamos claramente de la UE porque damos más importancia a la política agrícola, tanta que supera a la acción contra el cambio climático y muy poco a la seguridad y defensa.