El reciente informe de Fedea vuelve a poner sobre la mesa los privilegios injustificados del País Vasco y Navarra. Porque una cosa es el autogobierno, el sistema de concierto y en su marco el cupo muy favorable a la economía de cada uno de aquellos países, y otra cosa muy diferente es que no contribuyan al proceso de reequilibrio territorial, que es un criterio común en la propia UE.
País Vasco y Navarra se comportan como lo haría, por ejemplo, Alemania si no quisiera contribuir a los fondos territoriales y de cohesión de la UE. Lo consideraríamos escandaloso e injusto, pero se acepta con absoluta indiferencia cuando son los vascos y navarros los que aplican este privilegio. La justicia redistributiva, sin caer en el exceso, también es de aplicación en el ámbito territorial y éste es un principio universal.
¿Por qué País Vasco y Navarra deben ser una excepción?
Las cifras nos dan una idea de la magnitud del drama. Las aportaciones de las comunidades autónomas de mayores ingresos al reequilibrio territorial en base al año 2017 y de acuerdo con los últimos datos, señalan un total de 7.634 millones, que van a parar a las comunidades autónomas menos ricas.
Madrid contribuyó a ello en un 66%, consecuencia de su peso económico y también del efecto de capitalidad en los ingresos fiscales. Cataluña lo hizo con un 27%, una cifra no demasiado alejada de su peso en el PIB español, que se sitúa cerca del 20%. Y Baleares lo hizo con 438 millones y representa un 5,7%. Y ahí terminan las aportaciones, porque el País Vasco solo hizo efectivo al reequilibrio territorial 27 millones, o sea un 0,35%. Navarra 7 millones, 0,09%. Cifras sin lugar a dudas ridículas.
Pero ninguno de los partidos españoles, empezando por el PSOE, ni siquiera aquellos que ven con recelo todo lo que venga de Catalunya, caso del PP, nunca ha tenido nada que decir al respecto.
Ahora Fedea, en su estudio, señala que si País Vasco y Navarra hicieran una aportación de un orden similar en términos relativos a las que hacen Madrid, Cataluña y Baleares, Euskadi debería aportar 1.213 millones más, como es lógico lejos de Cataluña, donde su peso es mucho menor. Y Navarra 263 millones, también claramente por debajo de Baleares.
Cumplir con esta financiación del reequilibrio territorial no significa vulnerar las haciendas forales y el cupo vasco, sino cumplir con la obligación de la solidaridad interterritorial que es una obligación constitucional y un principio común de la UE.
Que esto no ocurra, demuestra una vez más la arbitrariedad, y ésta viene de lejos, con que se mueve la política en España.