La situación de la enseñanza de un país constituye una historia porque viene de un pasado. Es una radiografía del presente y anticipa el futuro porque los alumnos son ciudadanos y trabajadores en pocos años. Y el resultado no puede ser más negativo para Cataluña. No hemos hecho caso del pasado, tenemos unos ineptos conduciendo el presente y una sociedad incapaz de reaccionar ante sus problemas y nos anuncia un futuro difícil y la continuación del bajón catalán que vamos experimentando en este siglo.
El informe PISA es, digámoslo así, uno de los notarios que levanta acta de esta situación.
En el contexto español, destacan los buenos resultados de Castilla y León, Asturias y Cantabria. Señala como razones explicativas que tienen poca inmigración y están mejor financiadas. Está claro que el País Vasco aún tiene mejor financiación y la castaña del último PISA sólo se ve superada por la que ha recibido Catalunya. Esto no niega que estos factores tengan incidencia, pero ni mucho menos expresan el conjunto del problema, como se muestra aquí y aquí.
En matemáticas el primer puesto lo ocupa Castilla y León con 499 puntos por encima claramente de la media de la UE, de 474. Para hacernos una idea de lo que significa esta distancia en puntos, se considera que entre 20 y 30 puntos equivalen a un curso completo. Por tanto, los alumnos de aquella comunidad les llevarían un curso de ventaja a los alumnos medios de la UE. En las antípodas está Catalunya que ocupa el puesto 15º, con 469 puntos, empatada con Extremadura; ¿quién lo hubiera dicho?. Y tiene por detrás a Castilla la Mancha, Murcia, Andalucía y Canarias.
En comprensión lectora también ocupa el primer puesto Castilla y León y, en este caso, cabe subrayar que Madrid ocupa la 3ª posición con 496 puntos y la Comunidad Valenciana la 8ª con 482, por encima de la UE que alcanza los 475 y de España con 474. Si señalamos el caso valenciano se debe a que en este territorio, mejor dicho en una parte de él, también está el catalán en su variante valenciana como lengua de enseñanza. Por tanto, este factor no puede justificar el pésimo resultado de Catalunya que ocupa la penúltima posición, con 462 puntos teniendo por detrás sólo a Andalucía con 461. Mucha defensa del catalán y su enseñanza en la escuela se ha convertido en un desastre absoluto.
En ciencias, Castilla y León ocupa el primer puesto, Madrid el 5º y Cataluña el 17º.
Si consideramos las 15 comunidades, sin contar las ciudades de Ceuta y Melilla, nuestro país ocupa el puesto 15º en matemáticas, 17º en ciencias y 19º en comprensión lectoral. Cabe recordar que Cataluña es la 3ª comunidad autónoma por renta per cápita. Mientras que otros territorios que nos acompañan a la cola se sitúan en los últimos lugares en esa medición del bienestar económico de un país. Y este hecho empeora aún más el resultado catalán porque rompe el criterio generalizado de que existe una determinada correlación entre los niveles de ingresos y el rendimiento escolar. En Cataluña, esto funciona a la inversa y es una anomalía más.
En realidad nuestro país vive bajo demasiadas anomalías, y una de ellas y no menor, es precisamente la falta de reacción signo de escasa vitalidad social frente a ese fenómeno.