No hace falta ni decirlo. Tras el doble varapalo electoral, muy concentrado en ERC, de las dos últimas citas electorales, de la desmovilización y desánimo de los independentistas y la desunión cada vez más cainita en sus filas, el resultado de las elecciones les brinda una insospechada oportunidad histórica, esta vez sí.
Lo hace, sobre todo, en relación con JxCat porque la actual dirección de ERC, ya se precipitó desde el primer momento expresando su amor eterno a Sánchez, porque pese a ser el jefe del «estado opresor» de quienes desean separarse, lo quieren como presidente, también de su estado por otros cuatro años.
Situémonos en perspectiva.
¿Alguien imagina al Sinn Féin («Nosotros») en el palacio de Westminster apostando por los laboristas y haciendo declaraciones de apoyo para evitar el gobierno conservador? ¡Si ni siquiera ocupaban el escaño! En fin, entre poco y demasiado.
Naturalmente, esta entrega inicial empezará a ser matizada, que si amnistía, que si referéndum; a veces consulta, que si nuevo sistema de financiación pactado bilateralmente, que si poner fin al déficit fiscal, que si traspaso de cercanías, demasiadas palabras y poco compromiso.
En estos momentos y en relación con ERC algunas cuestiones son evidentes:
La primera es que la negociación es un bluf porque no tiene sorpresa. Ya se sabe cómo acaba: votando por Sánchez para evitar nuevas elecciones, y donde todo el esfuerzo se concentrará en escenificar que han logrado grandes resultados. La crítica no es que le apoyen, sino el hecho de que degraden aún más la política catalana, jugando sistemáticamente a enredar al personal. Los que se dejen enredar, por supuesto.
La segunda cuestión es que al menos negocien bien y pongan sobre la mesa algo concreto y bien definido y no la lluvia de reivindicaciones históricas que varían según convenga.
Concretémoslo
Una consulta legal
Es evidente que resulta imposible porque el procedimiento así lo determina: es necesario modificar la Constitución, por una mayoría calificada sólo al alcance con los votos del PP además de los del PSOE. Esto es inimaginable, o en todo caso puestos a imaginar mucho, después de un largo y duro conflicto, tan duro que hiciera que el trauma de la consulta resultara menor que los daños del conflicto. El independentismo debe asumir esta realidad o ser una estafa electoral que nos debilita como país.
La amnistía
No se ponen de acuerdo sobre si es posible o no legalmente. En todo caso, si se pone sobre la mesa, deben concretarse plazos y a quién afecta, porque decir que a todo el mundo no es decir mucho. Por ejemplo, ¿también los CDR inculpados por un presunto delito de terrorismo?
La retahíla
Sistema de financiación, condonación de los créditos del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico), reducir el déficit fiscal, traspasar cercanías… y lo que haga falta, los catalanes con Sánchez lo tenemos todo pagado. Sería bueno salir de ese tutti-frutti confuso que tanto beneficia al gobierno español y concretar cuestiones poniendo plazos. Más importante que si la negociación es bilateral o no, formalmente no puede serlo y Aragonés lo sabe, es que definan cuál es la posición catalana al hablar del nuevo sistema de financiación. ¿Queremos una mejora de la actual? ¿Se aprovecha la ocasión para alcanzar un modelo específico para Cataluña, el del inconcreto Pacto fiscal? Si es el primer caso, ¿qué criterios queremos que se aplique?
¿Y sobre el déficit fiscal?
Aquí también hay mucha tela que cortar, porque con la mejora de la financiación en las actuales coordenadas de régimen común, no se resuelve, ya que siempre hay una partida importante de transferencias del estado, y eso nunca lo aclaran. Por ejemplo, ¿se incorpora el cálculo de las pensiones o no? ¿Se contabilizan otras transferencias estatales, como el Ingreso Mínimo Vital, o la parte estatal de la dependencia? Porque la cosa cambia mucho, sobre todo con las pensiones. Recibir más o menos de estas transferencias depende de factores objetivos; número de jubilados, dependientes, etc. y en cualquier caso aquí la cuestión central es quién actúa de pagador final, si es el Estado como hasta ahora o la caja de la Generalitat.
En general deben acotar plazos y objetivos
La famosa mesa de diálogo/negociación no ha servido de nada más allá de una escenografía inicial. Al menos el president Torra puso sobre la mesa una larga lista de reivindicaciones, concretamente 21 agrupadas en tres áreas: una respuesta democrática para Cataluña, la regeneración democrática del Estado y su “desfranquización”, que todo el mundo ha olvidado; los medios de comunicación también. Yendo así por el mundo, con chistes de última hora ¿cómo podemos ir bien?
La verdad pura y dura es que Aragonés, con su escaso apoyo parlamentario depende del PSC, y ahí está la madre de los huevos. No puede correr el riesgo de que a Illa le entre un ataque de democracia y quiera un gobierno realmente configurado acorde con la voluntad de los electores.
Y JxCat mantiene un mayor mutismo y eso tiene sentido, aunque venga condicionado por sus dos almas.
No lo esperaban, pero tienen una oportunidad crucial: forzar la inestabilidad del estado, crear un gran problema en Europa; en definitiva, ganar importancia política internacional e ir a unas nuevas elecciones de las que seguramente saldrían como «pal de paller» del independentismo, dispuestos a confrontar con el gobierno que saliera, ya fuera del PSOE y sus aliados o del PP y VOX , que todavía daría más razón a sus reivindicaciones. De hecho, señalaría el fin del «proceso» que ha agonizado y la apertura de una nueva fase de gran dureza, pero con horizontes que imprimirían más atención en Europa.
En todo caso lo que se quiera negociar debe llevarse al Parlamento, ¿o es que la discreción significa pactar de espaldas a la gente y de los representantes parlamentarios ya suficientemente devaluados?
Sea lo que sea, lo que necesitamos es un “Compromiso con Catalunya”. Negro sobre blanco y que sepamos a qué atenernos.
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