El resultado del debate lo podemos percibir en las encuestas que se producirán a partir de hoy, pero en todo caso existe un balance que ya puede hacerse desde ahora fundamentado en la opinión publicada.
¿Cómo valoran los principales diarios el resultado del enfrentamiento dialéctico entre presidente y candidato?
Si nos atenemos a este criterio, el de la opinión publicada, parece claro que la ventaja se inclinaría por la banda de Núñez Feijóo. Para empezar, ninguno de los medios significativos hace un elogio o le da la victoria a Sánchez, ni siquiera los militantemente socialistas. El País titula “Feijóo ataca con dureza a Sánchez en un debate tenso y bronco por momentos” y ésta será la línea de algunos medios, como La Vanguardia que hace un titular prácticamente calcado al de El País, diario al que cada vez es parece más “Los pactos centran un bronco y estéril debate entre Sánchez y Feijóo”. Esta misma línea la siguen otros medios como 20 Minutos que titula «Sánchez y Feijóo se enzarzan con la economía y el ‘solo sí es sí'». El Heraldo de Aragón: “Sánchez y Feijóo se reprochan los pactos con Vox y Bildu en un tenso debate”. Aquí está, por tanto, un eje de la opinión que se construye desde los medios.
El debate fue «tenso y lioso». Ninguna ventaja para el presidente del gobierno. Pero, por otra parte, existen una serie de medios, normalmente abiertamente favorables al PP, que sí dan por ganador al candidato gallego. El ABC titula: “Feijóo frena las opciones de Sánchez de remontar”. El Mundo es muy descriptivo: «Sánchez pierde los nervioso y Feijóo pide una mayoría contra los extremos». Y así lanza el eslogan electoral que buscó Feijóo toda la noche. Más contundente es La Razón: “Feijóo noquea a Sánchez”. Pero es que El Periódico, que se alinea habitualmente con las tesis progresistas del gobierno, titula “Sánchez desperdicia el debate y Feijóo resiste”. Puede ser una buena síntesis del conjunto.
Si los socialistas confiaban en ese debate para dar la vuelta a la llave del porcentaje electoral y situar a Sánchez como presidente del gobierno ante un candidato notoriamente inferior, es evidente que no fue así.
Sánchez estuvo mal por lo menos por seis razones:
- El poco control de su lenguaje no verbal, a diferencia del mucho más controlado Feijóo. El presidente del gobierno no podía disimular con gestos y sonidos su incomodidad y su percepción de que en momentos determinados el otro le había hecho daño.
- Los dos contendientes políticos se interrumpieron, pero Sánchez lo hizo de forma excesiva, sobre todo en la primera parte del debate.
- No supo improvisar réplicas y se atendió a lo que llevaba preparado y eso hizo que parte de sus respuestas o argumentos fueran reiterativos y perdieran eficacia.
- Refugiarse en hechos muy alejados en tiempos de otros gobiernos del PP no ayuda a remontar su posición, de hecho, más allá del temor a Vox, no está claro cuáles son los beneficios electorales que Sánchez ofrecía ayer a los electores.
- No domina los temas que utiliza, a diferencia, asombrosamente, de Feijóo. Quizá se deba a que a pesar de ser presidente del gobierno durante una serie de años, su aprendizaje previo es muy débil, mientras que Feijóo lleva una larga trayectoria en la administración. En cualquier caso, el uso de las “fichas” a las que aludió el candidato Feijóo para criticarle, mostraron escasa utilidad porque Sánchez o no tenía el contexto en aquel caso concreto que lo utilizaba, o bien no disponía de los cimientos necesarios para explotarlo. No deja de ser sorprendente si consideramos que por lo menos legalmente el presidente del gobierno es un doctor en Economía.
- La estrategia definida por los asesores gubernamentales, también por sí mismo, fue absolutamente equivocada. Sánchez más que realizar un debate como presidente del gobierno y de los intereses que defiende en este sentido, hizo un debate sobre Sánchez. Esta línea tan autorreferenciada es la misma que utilizó en las entrevistas, pero está claro el contexto y la lógica era radicalmente distinta. Aquí no se trataba de exculparse de nada, sino mostrar que había gobernado bien y que tenía las condiciones para hacerlo. Y en lugar de eso fue por la vía que algunas veces le situaba como si él fuera la oposición, como las referencias a la falta de vivienda social, o hacía lo que al menos el manual dice que no debe hacerse nunca: sacar los propios pecados sin esperar a que los mencione al adversario para justificarse.
Electoralmente el debate tiene dos consecuencias. Una, le ha servido a Feijóo para situarse más en el centro del tablero y demostrar que tiene condiciones presidenciales, si bien, cabe decirlo, su debilidad en política internacional es extraordinaria. El otro efecto tiene una consecuencia peligrosa para los socialistas, porque no sólo parece que no puedan remontar, sino que como las expectativas eran muy altas y el resultado ha sido pobre, abre aún más la herida socialista de la desmovilización. Y por si fuera poco, Sánchez mostró los principales perfiles por los que mucha gente no le vota.
No fue buena noche para el PSOE.