A nuestros políticos debería caerles la cara de vergüenza. Ahora PSC y ERC, como empiezan a percibir que hay una oposición muy importante contra las supermanzanas, intentan pasar de perfil y decir que ellos no acaban de estar de acuerdo.
Éste podría ser el resumen de lo que ocurrió ayer en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, donde con los únicos votos en contra de la gente de Colau se aprobó una proposición de JxCat para detener la implantación de las nuevas supermanzanas y paralizar la licitación de más obras o proyectos hasta evaluar su impacto en la economía, la movilidad y la calidad del aire de la ciudad .
Este texto pudo salir adelante porque previamente hubo un acuerdo con el PSC y con ERC. Mientras, la calle Consell de Cent ya está totalmente desmantelada y experimenta un cambio radical sin otra envoltura jurídica que un simple plan de obras, como si se tratara de cambiar el pavimento.
Ahora resulta que los socialistas y los republicanos descubren que no existe un estudio sobre el impacto de esta transformación radical del Eixample que quiere llevar a cabo Colau. Llevan años y años asumiendolo y votando a favor.
En el caso de socialistas todavía es más grave porque participan en el gobierno y en su cocina, y mira por donde sólo ahora, cuando entramos en tiempo de descuento electoral, se dan cuenta de que había que conocer previamente a las obras cómo afectaba a tráfico a la economía y a la contaminación. Es fantástico. Si se podía tener poca confianza en los planteamientos de Collboni y en cierto modo de Maragall hasta ahora, por su acompañamiento de todas las políticas de Colau, todavía se puede tener menos cuando se producen juegos de manos tan escandalosos como éste.
¿Cómo es posible que el primer teniente de alcalde de Barcelona y candidato a la alcaldía, no conociera que no había ningún estudio de cómo afectaban las supermanzanas a la movilidad? ¿Acaso no tenía ojos en la cara para ver qué está pasado en Barcelona y orejas para escuchar a la gente? Y si lo sabía y lo veía, ¿por qué no han detenido las obras antes? ¿Por qué han permitido que desmantelara toda la calle Consell de Cent con un simple plan de obra? ¿Por qué en la Comisión de gobierno Collboni nunca ha manifestado su opinión contraria, y en el plenario Maragall nunca se ha opuesto a esta operación de Consell de Cent, la primera del gran cambio de la supermanzana en el Eixample? De la misma manera que han estado 3 años y medio empujando el balón de la supermanzana y ahora lo detienen porque vienen elecciones, no hay razón para pensar que pasadas estas vuelvan a la canción inicial, la de Colau, Collboni y con el apoyo externo de Maragall para llevar adelante el programa de deshacer el Plan Cerdà con los “ejes verdes” y el tranvía por la Diagonal.